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Dimisión de Lafontaine

(...) La renuncia de Oskar Lafontaine a sus cargos como ministro de Finanzas y líder del SPD supone su capitulación sin condiciones frente a Gerhard Schröder. Después de las elecciones, Lafontaine había accedido al Gabinete a pesar de que ya entonces sabía cuán difícil sería compatibilizar la lealtad al Ejecutivo con un fuerte liderazgo del partido. (...) El difícil dilema de Lafontaine era que iba perdiendo el partido paso a paso y que en el Gobierno debía callar porque Schröder era su jefe. (...) De la noche a la mañana, la dimisión de Lafontaine ha convertido en una ruina humeante el Gobierno de sonrisas de Schröder. Es la confirmación de que hasta ahora se ha hecho mal casi todo lo que se podía hacer mal. Ni la mala prensa, ni la casi inerme oposición han sido quienes han inventado y agravado esta crisis. Los errores han sido numerosos (...). Schröder se ha presentado una y otra vez como el amo de la casa sin darse cuenta de que su casa amenazaba con derrumbarse. Lafontaine quería transformar (...) el mundo financiero y fiscal sin percatarse de que un político con principios también precisa el poder para imponerlos. (...) los problemas se ocultaban, se diferían o se desviaban a quien fuera. No han sido Los Verdes quienes han llevado a este Gobierno a una crisis existencial, sino Schröder y los socialdemócratas. El sabio Helmut Kohl descubrió hace tiempo que la separación entre Ejecutivo y partido no funcionaba. Si Schröder todavía quiere salvar algo, debería seguir en lo posible ese consejo.

, 12 de marzo

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