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"Glamour" sexagenario

Escasearon las piernas eternas y los cutis inmaculados, pero todo estuvo impregnado de glamour sexagenario. Un centenar de personas mayores de 60 años se sometieron ayer a la tiranía de la moda. Y lo hicieron de forma voluntaria en el casting que el Ayuntamiento de Málaga celebró para elegir a los modelos que desfilarán el próximo mes de abril en la pasarela de la quinta semana del mayor. Las propuestas para la temporada llenaron el centro comercial Plaza de la capital. Para ellas: colores oscuros -que no luto-, tacón bajo y chato, algún vestido de rasgos navideños, punto y perlas como el complemento imprescindible. Para ellos: trajes de chaqueta, camisas en colores pastel y más de una corbata pasada y atrevida. María Josefa Harrás, esperaba paciente su turno. A pesar de que el casting es para los que superan los sesenta, con ella -quizás en un momento de coquetería- no cuadran las cuentas: sólo tiene 56. Rubia, ojos azules, piel transparente, casi de porcelana, muy guapa. "Es la primera vez que hago esto". Aunque en su currículo cuenta con experiencias parecidas: "Bailar he bailado, pero en cuando me casé se acabó el baile", comenta esta mujer que viste para la ocasión abrigo de piel sintética. Comienza la música. Los bafles no irradian pasodobles. Allí se desfiló como es debido: con música sensual y moderna. Antes habían recibido las instrucciones por parte de una amable señorita que, tras decir que a ella ya le quedaba poco para poder presentarse, explicó que no quería lágrimas por parte de los no escogidos. "Si no son elegidos no queremos ningún trauma", radió mientras los jubilados irrumpían en aplausos. Sube la primera mujer y rompe el hielo. Mueve las caderas profusamente mientras se coloca la mano en la cintura. Es Loti, como la conocían cuando fue maniquí de alta costura. Ahora la llaman Manuela García. Ha cumplido los 72 pero guarda el arte y el tipo de antaño. "Me sigue imponiendo mucho subirme a una pasarela", comenta. Pero como a todos los que se presentan le merece la pena porque "cuando estás jubilado te sobra tiempo y te aburres". Los hombres también marcaron estilo. Hubo menos, es cierto. "Son más cagados que nosotras", comenta Harrás, la rubia de ojos claros. Pero la verdad es que, según el director de la pasarela, José Luis Bravo -que para la ocasión vestía cazadora vaquera de flecos- la razón es otra: sólo buscan a 15 de ellos, mientras que necesitan a una treintena de mujeres. "Los mayores más disciplinados que los profesionales, más puntuales, pero hay que repetirles todo diez veces más", asegura el director . Nadie lo diría. Sube el primero de los varones a la pasarela. Viste traje y gafas oscuras de sol estilo Corrupción en Miami. Se quita la chaqueta y hace un amago de capotazo con ella. En otros tiempos fue crítico taurino. José Campos, de 60 años, es bajito y enjuto. De cobrador y conductor de autobuses ha dado el salto a ser modelo. Camisa rosa, chaleco de ante. Todo un dandy. "Queremos que sea un desfile de profesionales, con buena coreografía música moderna y escenas. No te vayas a creer que esto es para un viaje de estudios del Imserso", comenta el director de la pasarela. Los que han participado otros años lo recuerdan de forma memorable. "Fue estupendo vivimos unas parodias [sic] muy bonitas. Ellos hacían de amas de casa y nosotras de ejecutivas y no te puedes imaginar lo que me reí al ver a mi marido en pijama", dice Josefa Vergara, sexagenaria.

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