Australian Blonde lleva a Bilborock y Aizoain el pop de su cuarto disco
Las canciones de Extra (RCA) han devuelto a Australian Blonde a la primera división del pop español. La gente del mundillo vuelve a otorgar al cuarteto gijonés la credibilidad y confianza que le retiró al comprobar que sus entregas no cumplían las expectativas alimentadas por su prometedor estreno. Tras años de cierto ostracismo, el viento sopla de nuevo a su favor y todo hace prever que tanto la bilbaína sala Bilborock (hoy, 22.00) como el Artsaia Musik Club de Aizoain (mañana, 23.00) registrarán una buena entrada. Extra, cuarto elepé del grupo, contiene mucho pop rock, donde las melódicas voces poseen un poso de indolencia y las guitarras aportan el contrapunto eléctrico y levemente ruidoso. En palabras del bajista Tito Valdés, querían un sonido "crudo, cañero, un poco a garage, pero nítido, que todo se oiga"; por eso fue John Agnello quien se encargó de mezclar lo que la banda considera su mejor álbum. "Tiene las mejores canciones. Además, sin que haya ninguna que sobre, tiene el tiempo perfecto. Quizá en el disco anterior haya canciones mejores, pero como hay muchas que son peores, se tapan unas a otras. En Extra por fin hemos dicho: "Vamos a meter las 12 canciones que más nos molen y vamos a dejarnos de hostias". El disco tenía que haberse llamado Vamos a dejarnos de hostias", bromea el músico. Recuperada la energía, la prestancia y las melodías pegadizas, el cuarteto no se plantea metas concretas. "Nuestras aspiraciones son las máximas, para qué nos vamos a engañar. Hemos hecho un disco fetén, un disco redondo que mucha gente quisiera. No voy a decir la perfección, porque es demasiado, pero hemos llegado a un punto muy algo en nuestro nivel de canciones pop", afirma Valdés. "Chup chup" La carrera de Australian Blonde tuvo un comienzo fulgurante. Corría el año 1993 y, coincidiendo con la explosión indie a nivel estatal, un notable debú titulado Pizza pop situó al grupo como cabeza visible del Xixón sound y gran esperanza del pop español. Y no sólo ante un público especializado, underground y minoritario; le tocó la lotería en forma de canción y toda España cantó su Chup chup tras escuchar insistentemente el tema en la campaña de una conocida bebida carbonatada y en el exitoso largometraje Historias del Kronen. Parecía que la banda iba a comerse el mundo. Un espejismo. "Mucha culpa fue nuestra, entre comillas. Nuestro segundo disco salió a la vez que el anuncio de Pepsi de Chup chup. Entonces, con una canción del primer disco nos cargamos Aftershave, el segundo. Todo el mundo hablaba del anuncio o de la película. Con el tercero se decía que, al vendernos Subterfuge a una multinacional, el grupo iba a dar el salto, iba a ser la bomba. Y cuando no lo eres, la gente enseguida se aparta, es como si fueras un leproso. En cuanto ve que bajas, se olvida de tí".
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