Una red humanitaria
Se acabó lo de tirar el material que se repone, o no se usa, en los hospitales andaluces. Desde ahora, vía Internet, y con la colaboración de las ONG que lo deseen, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) podrá enviar, a aquellos países o entidades que lo soliciten, el material inventariable (mobiliario, enseres, o tecnología sanitaria) excedente de sus hospitales y centros de salud y que, sin embargo, puede serle útil a otros países con un menor desarrollo. La idea se le ocurrió a Pilar Lobato, que realiza labores de asesora en la Gerencia del SAS. Y al menos hasta ahora, según cuenta, ningún otro organismo español ha puesto en marcha un proyecto parecido. Lobato ha denominado a este programa "Fondo de Cooperación al Desarrollo y Ayuda Humanitaria" (Fondo) y puede accederse a éste conectando con la página web del SAS (www.sas.cica.es). El objetivo del Fondo es, explica Lobato, establecer las pautas de comportamiento del SAS y de todos los centros que lo integran para dar una respuesta ordenada, sistemática y coherente, dentro del marco normativo vigente, a las demandas de cooperación internacional que se plantean. Además del material inventariable, el Fondo va a ofrecer, también, todo aquel material fungible excedente y los medicamentos que no se usen. También, aquellos profesionales que deseen colaborar en proyectos de cooperación internacional o en programas concretos de actuación, podrán hacer aquí su oferta. En el SAS trabajan, en este momento, 74.489 personas. "Muchas de ellas", asegura Lobato, "ya han manifestado su deseo y su disponibilidad a estar en el Fondo". Para regular los permisos de los profesionales que participen en programas de cooperación, el SAS ha diseñado un acuerdo marco que en breve negociará con los sindicatos. El Fondo recogerá también los acuerdos y convenios que el SAS, o sus hospitales y centros de salud suscriban, en materia de cooperación, con otros países. Finalmente, la asistencia sanitaria a extranjeros, indigentes o marginados, tendrá también cabida en este programa. La idea del Fondo surgió hace seis meses, según su autora, "como un lugar de encuentro virtual de todas las acciones de cooperación humanitaria". De un lado el SAS, y todo su potencial humano, tecnológico, etcétera; y del otro los países en vías de desarrollo. Como intermediarios el SAS ha elegido a las ONG. "Siempre que ofrezcan garantías y se sometan a los dictámenes de la ley", matiza. "No podemos olvidar que somos un organismo público y, por lo tanto, siempre habremos de actuar dentro de los cauces legales reglamentarios". Pilar Lobato confía en que cunda el ejemplo y otros organismos públicos, no sólo de Andalucía, sino del Estado, diseñen programas parecidos. "De esta forma acabaría con las subastas de material inventariable o con el envío de enseres al desguace". No existen datos aún sobre el número de personas que podrían ofrecerse al Fondo ni sobre el volumen de millones de pesetas que a través de él podrían gestionarse en un año. Como muestra, en los seis meses que, en periodo de pruebas, lleva funcionando, ya se ha enviado diverso material tecnológico (mesas de quirófano, instrumetal quirúrgico, una sala completa de radiodiagnóstico, una gammacámara, monitores de diálisis, ambulancias y otros vehículos, un TAC...) a países como Mauritania, Cuba, Argentina, Perú y la República Saharaui.
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