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VALENCIAAPROBADO EL PROYECTO MUNICIPAL TRAS UN DURO DEBATE

El PP se queda solo al aprobar el plan especial de El Cabanyal

El PP no se apartó de su guión y ayer aprobó, en solitario, el plan especial del barrio de El Cabanyal-Canyamelar de Valencia que conlleva la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez, el derribo de 1.651 viviendas y el desalojo de dos millares de vecinos. El equipo de gobierno que preside Rita Barberá no cedió ante los vecinos que masivamente se han manifestado en contra del proyecto -ayer acudieron al pleno-, que consideran una agresión al barrio, y tampoco aceptó una enmienda apoyada por todos los grupos de la oposición para llevar adelante el plan de rehabilitación de El Cabanyal exceptuando las áreas afectadas por la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez.

El pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer, con los solos votos del PP, que ostenta el gobierno municipal, la exposición al público del plan especial del barrio de El Cabanyal-Canyamelar, que conlleva la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez. La oposición votó en contra del proyecto y acusó a los populares de "resucitar" el modelo urbanístico franquista. El PP rechazó una propuesta de la oposición para llevar adelante el plan exceptuando las zonas afectadas por la prolongación de Blasco Ibáñez. El pleno contó con la participación de los colectivos vecinales que vienen mostrándose contrarios al proyecto. PÁGINA 5

Los socialistas consideran que el plan está "viciado" porque se ha hecho para no afectar a Las Arenas

"Nos oponemos a este proyecto porque consideramos que está viciado en la causa o razones que lo motivaron. El trazado del proyecto de ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez se desvía hacia el norte porque de haberse hecho proyectando sus alineaciones en línea recta, hubiese quedado afectado el Balneario de Las Arenas, que, a su vez, ha sido vendido por [la empresa] AUMSA en marzo de 1998 siendo ésta manifiestamente incompetente para dicha actuación". El concejal socialista José Sellés dio lectura a estas líneas de forma atropellada porque la alcaldesa le instaba a callarse por haber superado el tiempo de su intervención. Sellés, que incidía así en un asunto sobre el que ha pasado de puntillas el PP, que niega la conexión entre la operación de Las Arenas y el plan de El Cabanyal, pidió expresamente que el escrito fuera incorporado al acta del pleno. El portavoz de la plataforma Salvem El Cabanyal, Faustino Villora, ya había aludido a este asunto en su intervención en el pleno. Villora explicó que el 5 de marzo del pasado año Miquel Domínguez "firmó la venta del suelo municipal del Balneario de Las Arenas" y relató que poco después, en el mes de mayo, comenzó la "pantomima" de someter a consulta popular tres opciones para la prolongación de Blasco Ibáñez. "¿Cómo se explica que vendan un terreno y un mes después presenten un proyecto que, de aprobarse, partiría esa propiedad?", se preguntó el portavoz vecinal, que añadió: "Desde el principio ya sabíamos qué proyecto iban a aprobar, ¡menuda consulta!". Domínguez firmó un borrador de contrato para vender los 20.000 metros cuadrados que ocupan Las Arenas a las familias Moróder y Zarranz, que ostentan la concesión para la explotación del balneario. La operación está pendiente del plan de El Cabanyal.

El PP rechaza una propuesta de la oposición para rehabilitar El Cabanyal sin alargar Blasco Ibáñez

El pleno del Ayuntamiento de Valencia abordó ayer bajo la presión vecinal el polémico proyecto del PP para el tradicional barrio marítimo de la ciudad. La plataforma Salvem El Cabanyal había convocado una noche de vigilia ante la casa consistorial, donde antes del comienzo del pleno numerosos vecinos participaron en una cacerolada, como ya habían hecho la víspera. Allí se dieron cita también grupos de partidarios de la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez que hasta ahora no habían aparecido y que, jaleados desde instancias próximas al PP, acudieron para apoyar el proyecto. Entre ellos figuraban desde miembros de la agrupación del PP de El Cabanyal-Canyamelar hasta la artista de variedades Rosita Amores, pasando por algunas personas que gentes del barrio encuadran en la extrema derecha. Pero los vecinos de El Cabanyal no cayeron en la provocación, de manera que no se registraron los incidentes que parecían desear los promotores de la contramanifestación. El plan de El Cabanyal elaborado por el PP era el punto estelar del pleno de ayer. Pero el debate que suscitó el polémico proyecto no cambió las cosas. De nada sirvieron los argumentos que esgrimieron los representantes vecinales que intervinieron en el pleno -quienes denunciaron la "agresión irracional e intolerable" que supone el plan y la "manipulación" y el "engaño" con el que lo ha tramitado el equipo que dirige Rita Barberá-, ni los de la oposición -cuyos representantes reclamaron con insistencia al PP que justificara por qué la rehabilitación del barrio de El Cabanyal-Canyamelar se vincula a la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez-. Los portavoces de la oposición tildaron el plan de "chantaje" y de obra "monstruosa", lo calificaron de "perverso" y lo consideraron un "atropello" y un "acto criminal" contra un barrio histórico. Pero el PP, decidido a llevar adelante su proyecto, no atendió a razones. El plan fue aprobado con los 19 votos a favor de los concejales populares y de los dos ediles tránsfugas de Unión Valenciana. La oposición -PSPV, EU, NE, UV- votó en bloque en contra del proyecto, pero sus 14 votos no fueron suficientes. La portavoz socialista, Ana Noguera, había argumentado que el plan, que calificó como el proyecto urbanístico "más importante del siglo", pretende "abrir una avenida en medio de un barrio, y acusó al PP de plantear un "chantaje" a los vecinos, al vincular la rehabilitación del barrio y la construcción de infraestructuras a la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez. Previamente había invitado a la alcaldesa,sin éxito, a retirar el plan. "La única política urbanística [del equipo de Barberá] es la que dictan y ordenan algunos constructores afines al PP", dijo Noguera. El edil de EU Francesc Díez dijo que el plan es "perverso", porque "da de lleno en el corazón al barrio de El Cabanyal, donde están las casas más bajas y donde las indemnizaciones a los propietarios no serán tan caras". Manuel Moret, concejal de Nova Esquerra, consideró que el plan es "democráticamente inaceptable" y "socialmente injusto e insolidario", y lo calificó como un "atropello" sin justificación. La claque También el concejal regionalista Társilo Piles se pronunció contra el proyecto. Sin embargo, su excompañera de partido Mayrén Beneyto, ahora en la órbita del PP, que no suele intervenir en los plenos, hizo el papel de claque con un canto a las bondades del proyecto. Su participación en el debate restó tiempo a la intervención de su compañero en el Grupo Mixto Manuel Moret. Frente a todo ello, el concejal delegado de Urbanismo, Miquel Domínguez, se centró en la rehabilitación y leyó una ristra de dotaciones que el barrio conseguirá con la aplicación del plan, pero eludió explicar lo que le había pedido la oposición: por qué es necesario prolongar Blasco Ibáñez para rehabilitar El Cabanyal. Domínguez ni siquiera aludió a la propuesta de la oposición de aprobar el plan excepto en las zonas afectadas por la prolongación de Blasco Ibáñez, lo que evitaría la demolición de 1.345 viviendas. La enmienda fue rechazada con el mismo reparto de votos que permitió aprobar el plan. La intervención de Domínguez, fue tildada de "cínica" por Moret, por hablar sólo de las ventajas del plan y obviar sus derfectos, mientras Feliciano Albaladejo, de EU, acusó a los populares de perpetrar "un acto criminal contra la identidad de un pueblo que tuvo la desgracia, a la vista de lo que está pasando, de convertirse en un barrio de Valencia".

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