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El portavoz del PP debuta con un discurso moderado para frenar las críticas a su conservadurismo

Lourdes Lucio

El nuevo portavoz del PP, Antonio Sanz, debutó ayer en la sesión de control del Parlamento con un discurso leído, hasta en el réplica, e intencionadamente moderado, para no alentar las críticas de los socialistas sobre lo que consideran un "giro a la derecha" del PP con los nuevos nombramientos. Sanz se estrenó con una pregunta dirigida al presidente de la Junta desde el escaño que 15 días antes ocupó su antecesor, Manuel Atencia, quien se sentó a su derecha. El primer asiento de la primera fila del grupo lo sigue ocupando el secretario general, Juan Ojeda, quien no estuvo en el debate.

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El debú de Sanz creó expectación en la Cámara y sus primeras palabras fueron escuchadas en medio de un silencio total, en contraste con el murmullo que acompañó un minuto antes una intervención de la consejera Carmen Hermosín. El portavoz popular preguntó a Manuel Chaves qué responsabilidades políticas iba a tomar después de las labores de limpieza de los lodos provocados por el vertido de las minas de Aznalcóllar, ya que consideró que "ha llegado el momento" de exigir cuentas. Aunque de sus palabras podría deducirse que Sanz lo que reclamaba eran dimisiones, no salió de su boca esa palabra y así lo reconoció: "No debo ser yo quien pida más dimisiones". Esto lo dijo en su segundo turno de intervención, cuando los diputados socialistas consideraron que ya habían sido lo suficientemente respetuosos con el debutante, por lo que comenzaron lo habitual en estos casos: comentarios en voz alta, sonrisas y cuchicheos entre ellos. Sanz no se inmutó por el creciente runrún, entre otros motivos porque su discurso, al margen de lo que le había respondido Manuel Chaves, lo llevaba preparado punto por punto, sin los excesos verbales que le caracterizan, y lo leyó de unos folios escritos a mano por él mismo. El presidente andaluz, que le deseó "éxito" en su nueva responsabilidad, sí tenía preparada una réplica más dura. De hecho, no se creyó la versión de Sanz de que no iba a pedir dimisiones de los consejeros implicados en el desastre tóxico. Le reprochó que para pedir dimisiones hay que "tener legitimidad moral" y el PP, opinó, no la tiene, ya que en los casos como el de la rotura de un depósito de agua en Melilla y en la caída del muro del Bazar España en Sevilla, donde hubo muertos, el PP no pidió ningún cese. Chaves apostilló que su Gobierno ya "ha asumido" las responsabilidades políticas en este asunto. Por otro lado, el presidente andaluz contestó a una pregunta del portavoz de su grupo, el socialista José Caballos, sobre la evolución del empleo. Chaves dijo que "la foto" de los últimos años era positiva, pero que no había que caer en el triunfalismo.

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