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Reportaje:

La función del basiotribo

El hospital de Santa Cristina de Madrid expone sus antiguos y extraños instrumentos de parto

En un oscuro y olvidado desván del hospital Santa Cristina (fundado en 1924), dos matronas encontraron la llave que les abrió la puerta al pasado. Allí reposaban documentos escritos desde hace 96 años, actas, aparatos médicos que se utilizaban en la época y un centenar de anécdotas. Todo un tesoro que ahora, en el aniversario número 75 de la institución, se presenta en una exposición abierta al público hasta el 5 de marzo.La muestra es un repaso por la historia del Santa Cristina, que inicialmente nació para formar matronas y para atender a las madres. Pero también es un viaje por los vericuetos de la medicina de principios de siglo, una mirada a los aparatos que el tiempo y la tecnología han borrado de la memoria. Aparatos que en su momento salvaron muchas vidas.

Como el basiotribo, una especie de pinza gigante que se utilizaba para extraer los fetos que morían en el vientre materno, o como las jeringas de cristal, que tenían que esterilizar para usarlas otra vez. O el gancho de Braun, un rudimentario aparato que también extraía, mediante la decapitación, los fetos muertos en el vientre de la madre.

"Visto así parece cruel, pero eran los instrumentos más avanzados de la época, traídos especialmente de Alemania", cuenta Amor Colomer, directora de la exposición. Además, era necesario utilizarlos porque las cesáreas arrojaban un alto índice de mortalidad en las madres.

Para enseñar a las matronas se usaban pelvis de hierro y madera que permitían tener una idea de lo que era el proceso de dilatación durante el parto. También empleaban como método educativo un tronco de madera que semejaba dos piernas y una vagina para que los alumnos tuvieran una idea de lo que era el nacimiento. "Obviamente, ninguno de esos métodos se utiliza ahora", explica Amor.

Las muertes de los pacientes, madres o hijos, eran cuidadosamente reseñadas a mano en unos cuadernos de tapa verde. Allí escribían las causas del deceso: infecciones, asfixia o meningitis. "Antes no existían las ecografías y no se le podía hacer seguimiento al feto, así que muchos niños morían antes de nacer", dice Amor. En esos cuadernos también aparece anotada una epidemia de gripe en 1916 y 1917, que mermó considerablemente a la población madrileña.

La construcción del hospital tardó 20 años. Para ello, fue necesaria la gestión de un grupo de mujeres ilustres de la época. Desde 1987 el hospital pasó a ser parte de la Seguridad Social y dejó de ser sólo una maternidad. Desde entonces atiende pacientes en las especialidades de urología, cirugía, endocrinología y medicina interna.

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