"Nadie ha hablado de la lucha contra los laboratorios que enmascaran el dopaje"
Cabe la duda de que la esperada Conferencia Mundial sobre el Dopaje celebrada hace escasos días junto al lago Leman en la ciudad suiza de Lausana haya logrado los objetivos que se había planteado. La consecución, en el último momento, de una declaración de seis puntos, puesta en tela de juicio por sus propios protagonistas, parece un escaso resultado para tantos esfuerzos. Pese a ello, Manu Vitoria (Bilbao, 1944) no cree haber perdido el tiempo. Vitoria, profesor titular de la cátedra de Medicina de la Educación Física y el Deporte de la Universidad del País Vasco (UPV) acudió a la cita suiza como único observador invitado de la universidad española. Durante los tres días de sesiones no tuvo ocasión de exponer su punto de vista en una conferencia marcada "por la lucha de poder y las acusaciones no siempre encubiertas hacia el COI". Pregunta. ¿Qué análisis hace de la conferencia y de sus conclusiones? Respuesta. En principio, positivo pues, al menos, ha servido para realizar una toma de contacto unánime sobre la gravedad del dopaje, un asunto al que hay que plantar cara ya. Es importante además el hincapié realizado en la necesidad de educar y prevenir al individuo que se inicia en el deporte. Por contra, me ha decepcionado encontrarme con la sorprendente entrada de los poderes públicos en un asunto del que, hasta ahora, se habían desentendido. La intervención de varios ministros europeos ha obligado a retrasar la puesta en marcha de la Agencia Antidopaje. P. ¿La lucha por el poder en el deporte, va a permitir el normal funcionamiento de esa agencia? R. Planteados los objetivos se dispone ahora de tres meses para llevar al plano de lo concreto todas las intenciones. La verdad es que será muy difícil, teniendo en cuenta que se partía de la idea de una agencia de apenas 25 miembros que, me temo, se acabará pareciendo a la Unesco. Hay que tener en cuenta que los gobiernos que pretenden alcanzar poder en el deporte eran sólo los europeos y que muy posiblemente el resto del mundo quiera ahora hacer lo propio. Por ello ahora se tiene la difícil tarea de concretar los miembros que compondrán la agencia, las sanciones o las fórmulas de financiación. P. Sanciones y financiación serán también dos caballos de batalla. R. Sin duda. Primero porque ya tres federaciones internacionales, como son fútbol, ciclismo y tenis, solicitaron la opción de modificar la sanción de dos años establecida para la primera infracción. La consideran excesiva y se han abierto puertas para que las modifiquen a su antojo. Por otra parte, inicialmente se pensaba en una Agencia Antidopaje con patrocinador, algo que ha sido muy criticado pues acabaría con la independencia deseada. Lo malo es que si quienes ponen el dinero son los gobiernos creo que esa independencia será muy difícil. P. ¿Qué es lo que le hubiera gustado apuntar si le hubieran dejado? R. La verdad es que cuando las sesiones estaban a punto de finalizar nos dieron la opción a los observadores para hablar, pero ya no era el momento idóneo. De todos modos, yo iba con la intención de plantear la persecución de los laboratorios que preparan productos para enmascarar el dopaje. Este asunto ni se ha tocado; ni una sola de las casi 400 intervenciones se ha referido a ello. P. Supongo que habrá sido un orgullo haber sido el único invitado de la universidad española. R. Eso demuestra que conocen el trabajo que realizamos sobre este asunto en la Universidad del País Vasco. Existe una cátedra y una trayectoria que nos avala, por ello siempre es de agradecer que tengan esa sensibilidad hacia nuestro trabajo, algo que nos ha permitido alcanzar la adjudicación del Centro de Estudios Olímpicos.
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