Rato y los empresarios advierten de que el amparo a los kurdos pone en peligro contratos y empleos

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, advirtió ayer del riesgo que comporta tanto para los contratos comerciales con Turquía como para los puestos de trabajo de empresas españolas la decisión de la Mesa del Parlamento Vasco de dar cobijo en sede parlamentaria a la autoproclamada Asamblea kurda en el exilio y trazó un paralelismo con ETA. ¿Cómo se reaccionaría en España si grupos vascos terroristas tuvieran cobertura política en Turquía?, se preguntó. Rato subrayó los efectos negativos que esa decisión puede tener no sólo en las relaciones diplomáticas, sino también en las económicas y comerciales. La CEOE y la patronal vasca coincidieron con el ministro en estas severas críticas.

Rato comentó que la decisión de los tres partidos nacionalistas vascos -PNV, EA y EH-, que forman la mayoría en el Parlamento de Euskadi, no es sólo "equivocada" porque interfiere en la política exterior de España, sino que también puede tener consecuencias importantes para la economía española y la vasca. El ministro alertó de que corren peligro numerosos puestos de trabajo, y recordó que precisamente en las próximas semanas tiene previsto viajar a Bilbao una delegación de empresarios turcos para estudiar varios proyectos, entre los que se incluye la utilización de una línea de crédito por valor de 60.000 millones de pesetas que el Gobierno español ha habilitado para la exportación a Turquía de productos españoles, entre ellos máquinas herramientas. Turquía, añadió Rato, es el décimo cliente de España. Las exportaciones a este país en 1998 se aproximaron a los 200.000 millones de pesetas. La crítica del ministro prosiguió. La decisión de los nacionalistas vascos es además "poco juiciosa" cuando se está preparando un Expotecnia en Turquía en la que van a participar 300 empresas españolas, de las que 61 son vascas. La patronal CEOE, de ámbito estatal, y la patronal vasca Confebask no dudaron en sumarse a esta reflexión y destacaron el grave perjuicio que puede ocasionar la decisión del Parlamento vasco a las empresas españolas en Turquía. Casa, Teka, Grefusa, Mapfre, Eliop, Pymsa, Sol Meliá y Zara son las principales compañías españolas instaladas en Turquía.

Los grupos nacionalistas vascos justificaron su decisión como un gesto de solidaridad con una minoría étnica sin Estado que vive a caballo de Turquía, Irán e Irak y en memoria del propio exilio vasco. El ministerio español de Asuntos Exteriores había desaconsejado que se accediera a la petición del exilio kurdo porque la organización que promueve la reunión, el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), ha participado en acciones "terroristas".

Lo cierto es que desde ayer mismo, el acuerdo del Parlamento vasco está generando serios problemas a empresas de Euskadi, informa Pedro Gorospe. Una firma alavesa que negocia en Turquía un contrato de 12.000 millones de pesetas ha mostrado su inquietud por el futuro de esa negociación. La voz de alarma la dio en la mañana de ayer el secretario general de la patronal vasca, Confebask, José Guillermo Zubía, al asegurar que tenía constancia de que un proyecto de envergadura impulsado por una empresa vasca en Turquía "ha quedado en stand by [en espera]".

El Sindicato Empresarial Alavés confirmó que se trata de una empresa del metal, y que existe "preocupación real" en los directivos de esa firma por las consecuencias que puede tener el acuerdo político del Parlamento vasco. Sin embargo, para el Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno vasco, dirigido por el peneuvista Josu Jon Imaz, la decisión de la Cámara autónoma no tiene porqué perjudicar las relaciones económicas con el país euroasiático. Según este departamento, las ventas directas a Turquía no superan el 0,68% del conjunto de las exportaciones vascas. Ese porcentaje equivale a 11.586 millones de pesetas, cifra menor que el contrato que negocian los empresarios alaveses en la actualidad.