Más allá de lo contemporáneo
El Festival Alternativo dedica un ciclo a las composiciones musicales de vanguardia.
Música es todo lo que existe en el tiempo, porque en el tiempo siempre hay sonido. Esta idea, que expresó el compositor norteamericano John Cage, es muy importante a la hora de escuchar alguna pieza de las ultimísimas tendencias musicales. Precisamente, el Festival Alternativo ha programado un ciclo dedicado a ellas. Cuesta referirse a este tipo de composiciones: es francamente difícil llamarlas de alguna manera. Incluso para los propios organizadores del ciclo. "Desde los años sesenta la música no es sólo sonido. Es también algo gestual, teatral o conceptual", expone Llorenç Barber, músico y coordinador de este ciclo. Barber se refiere a estas obras como "música acción, música instalación, música alterada". También tienen un poco de complicación los nombres de los estilos que se ofrecen. Como el "minimalismo sinestésico". "Es el uso de una misma fuente sonora durante una gran cantidad de tiempo. El ritmo lo da la proyección de una película. Se trata de reflexionar sobre la comunicación entre sentidos", expone Barber, que añade: "En todo el mundo se realizan instalaciones sonoras desde hace 20 años, pero en España, salvo alguna excepción, no se oye nada de este tipo. En España no existe una reflexión sobre este tipo de música. Esto ya no es música contemporánea, son músicas que nos hablan de un mundo distinto al de los auditorios en los que sólo se oye neo-sinfonismo", dice este músico.
Los que están en la vanguardia de la música emplean mucho el término "instalaciones sonoras". "Son objetos que nos dan una sinfonía de colores y ritmos sonoros", explica Barber. Son en realidad, unas singulares y originales orquestas en las que, por ejemplo, se ha sustituido a los músicos por cajas de madera a las que mueve un ordenador. Ese movimiento hace que suenen los objetos que contienen las cajas. Una de estas instalaciones sonaba el pasado martes en el Círculo de Bellas Artes. Las 28 cajas de este peculiar instrumento ocupaban una pared entera.
Su autor es el músico holandés Peter Bosch, que se refería así a su creación. "Es una máquina musical que cambia todo el tiempo de dinámica y de sonido. Las cajas se mueven por un programa de ordenador muy libre". Y dentro de estas cajas se pueden encontrar objetos tan sorprendentes como envases de yogur vacíos, vidrios rotos, canicas, botellas de plástico o clavos. Los conciertos de este ciclo de música se anuncian con nombres como "músicas de agitación" o "recital de músicas improvisadas". Es el que ofreció el portugués Carlos Zingaro, un violinista al que se conoce por ser uno de los mejores improvisadores en estos momentos, según afirma Barber. Otro de los conciertos se llama Músicas habladas: es el que ofrecerá Flatus Vocis Trio el próximo día 16, a las 21.00, en la sala Cuarta Pared. O Recital de músicas fonéticas, que estará a cargo del holandés Jaap Blonk, el día 14 en la sala Triángulo. "Aquí el músico se inventa un idioma que va evolucionando y cambia", resume el compositor Barber.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.