Aparatos saturnales
JOSEP TORRENT Glòria Marcos es la penúltima víctima de los burócratas de un partido -PCPV- y de los sectarios intereses del conglomerado familiar que conforma Esquerra Unida. La corajuda diputada, ante el barriobajero espectáculo de quienes hasta ayer eran sus compañeros, ha tirado la toalla por dignidad personal y política. Someter tantos años de dedicación y trabajo al tribunal inquisitorial de quienes se dedican a contabilizar votos en la organización, con independencia de la opinión de los ciudadanos, es una humillación difícilmente soportable. Glòria Marcos no es la última, pero tampoco la primera víctima de estos saturnales aparatos partidistas que acaban devorándolo todo. Antes que ella cayeron Ricard Pérez Casado y Clementina Ródenas, a manos de mataalcaldes. Y no hace tanto, los herederos de éstos finiquitaron a Carmen Alborch porque no se acomodaba a sus particulares intereses. La izquierda está llena de cadáveres políticos que disfrutaron más de la apreciación de los ciudadanos que de los sátrapas partidistas. Algún día habrá que redactar la lista de quienes perecieron a manos de una presunta ortodoxia ideológica y organizativa (Albert Taberner, también merecería un lugar destacado), aunque sólo sea para subrayar el capital dilapidado por aquellos que, refugiados detrás del sacrosanto nombre de "el partido", dinamitaron tanta esperanza, ilusión y esfuerzo. Mientras llega ese momento, únicamente cabe constatar cómo la izquierda se autodestruye en medio de peleas mezquinas, banales, reglamentistas y personales. Todo ello para mayor gloria del PP.
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