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FÚTBOL. 20ª JORNADA DE LIGA

El empeño de Figo aguanta el liderato azulgrana

Partido espléndido del Racing en el Camp Nou con una actuación calamitosa de Díaz Vega

Ramon Besa

Un acto de fe de los futbolistas en un partido que tenía muy mala pinta puso a buen recaudo el liderato del Barcelona. Pese a que el contexto invitaba a una tarde de reafirmación azulgrana, el grupo de Van Gaal necesitó de hora y media de tortura para doblegar al Racing. El marcador resultó una bendición y obligó a lecturas que ya se daban por superadas: a falta de juego y a la espera del Madrid, se impone recaudar puntos por decreto. La impunidad de la junta y del entrenador se extiende al equipo, y hoy el fin justifica los medios. El Racing discutió siempre la jerarquía de los barcelonistas en el campeonato, una posición tomada hace sólo una semana con una actuación convincente ante el Zaragoza. Desde el punto de vista futbolístico, el partido fue un chasco para la hinchada culé. El equipo estuvo flatulento, los gemelos De Boer actuaron de forma acomodada, muy gansa, y Van Gaal se desacreditó de nuevo cuando hubo necesidad de repintar el choque. Aunque engorda cada día que hay mercado, el colectivo azulgrana tuvo que recurrir otra vez a valores ya muy conocidos, regresar al punto de partida, entregarse a futbolistas imperecederos como Rivaldo y, sobre todo, Figo, un futbolista castigado tanto dentro como fuera de la cancha y, sin embargo, siempre determinante. La falta de estética abonó otros valores como el de la voluntariedad o del sacrificio. El mundo de los gemidos estuvo por encima del de los sentidos. Los expertos le llaman a esto saber ganar jugando mal, atrituto que consideran indispensable para ganar el título. Puesto que el vencedor nunca estuvo claro, el Racing reclamó con justicia el papel de protagonista de una contienda adulterada por el arbitraje de Díaz Vega, que fue una calamidad. El colegiado se tragó dos penaltis, uno clamoroso de Merino, que actuó como si fuera el portero, y rompió el ritmo de encuentro que había impuesto el grupo de Benítez con una expulsión muy discutible de Melberg en un mano a mano con Kluivert.

BARCELONA 3

RACING 2Barcelona: Hesp; Abelardo, Frank de Boer, Sergi; Ronald de Boer, Guardiola, Cocu; Figo, Luis Enrique (Óscar, m.69), Rivaldo; y Kluivert (Zenden, m.59). Racing: Ceballos; Merino, Melberg, Arzeno; Tais, Víctor, Ismael, Amavisca (Shustikov, m.76); Magallanes (Sietes, m.37); Bestchastnykh y Munitis. Goles: 0-1. M. 28. Magallanes recibe de Víctor en el vértice derecho del área, remata fuerte y cruzado con la zurda, Hesp rechaza y Víctor no perdona en el rechace. 1-1. M.35. Figo centra desde la derecha, la pelota toca en Arzeno, descoloca a Ceballos, que sólo logra atemperar el cuero con los dedos y Merino no logra evitar el gol en su rechace. 2-1. M.45. Guardiola lanza una falta desde la derecha y Frank de Boer cabecea a gol. 2-2. M.48. Tais abre por la banda derecha para Bestchastnykh, quien recorta a Abelardo, centra al segundo palo, donde Munitis controla la pelota con la zurda y remata con la misma pierna. 3-2. M.85. Jugada de Figo por la banda derecha y su centro al segundo palo lo remata Cocu en el punto de penalti. Árbitro: Díaz Vega. Expulsó a Melberg (m.30) por una entrada por detrás a Kluivert, y a Frank de Boer (m.66) por doble amonestación. Mostró la amarilla a Abelardo, Figo, Víctor, Ismael, Arzeno y Oscar. Unos 70.000 espectadores en el Camp Nou.

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El Racing fue un equipazo con once y un buen equipo con diez. Jamás perdió la racionalidad, no asumió la condición de anfitrión del líder y, además, exhibió una gran capacidad para adaptarse a las circunstancias.

La declaración de intenciones de Gustavo Benítez no resultó ninguna bravata. El técnico del grupo cántabro se largó del Camp Nou con el mismo discurso con el que llegó: al Barça se le puede combatir jugando en su propio campo. Magallanes tapó a Guardiola, Ismael cerró la entrada de Luis Enrique y con dobles parejas en las bandas recortaron el recorrido a Rivaldo y a Figo, pese a que el portugués no desistió hasta el último minuto en su empeño en llegar al banderín de córner.

Tuvo el Racing un gran sentido táctico, un juego de posición muy interesante y estuvo especialmente generoso en su despliegue físico. Concebido para jugar al ataque, el Barça nunca jugó a gusto y sufrió en defensa por la facilidad del contrario en atacar sólo cuando disponía de superioridad numérica. No malgastaron los cántabros ni un disparo: el primero, de Munitis, lo sacó Sergi bajo los palos, y el segundo, de Víctor, fue gol.

Los problemas para el Racing llegaron precisamente después del tanto del ex madridista. Las desgracias se le acumularon: Díaz Vega le expulsó a Melberg en una jugada muy opninable con Kluivert que obligó a Benítez a reorganizar al equipo; entre Arzeno y Merino marcaron en propia puerta; y el Barça se encontró otro partido con un segundo gol a balón parado. Ni así se rindieron los cántabros.

Jugó el Racing una segunda parte tan maja como la primera, y atrapó con justicia el empate en una jugada de muy buen ver. Tal era su dominio de la contienda, que la hinchada recuperó su capacidad reivindicativa frente a Van Gaal y amenazó con otra despedida tormentosa. Hasta que llegó Figo y, con su empeño, propició un gol, materializado por Cocú, que tuvo efectos reparadores. La condición de líder aborta cualquier debate.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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