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El edificio de Uribitarte será expropiado, tras 8 años de la quiebra

El edificio bilbaíno de Uribitarte, el ambicioso proyecto inmobiliario que se fue a la quiebra hace ocho años con un agujero de más de 17.000 millones de pesetas, avanza ya inexorablemente hacia la expropiación. El concejal de Urbanismo de Bilbao, Dimas Sañudo, confirmó ayer que el próximo 8 de febrero se llevará a la comisión municipal el expediente de venta forzosa tras la falta de acuerdo entre los acreedores para desprenderse del deteriorado inmueble. "Ya es definitivo", zanjó ayer Sañudo tras frustrarse la última opción de compra de Uribitarte, que había sido planteada por la constructora Vizcaína de Edificaciones. Según el representante de los acreedores minoritarios, César Gil, la "intransigente postura" de Argentaria -propietario del inmueble, junto a la aseguradora Mapfre- impidió el acuerdo. "Ha pedido 3.200 millones cuanto antes exigía 1.425 y no nos deja margen al resto. No entendemos la actitud de Argentaria", dijo. Otros dos años parado El expediente de expropiación supondrá que el edificio de Uribitarte sólo podrá utilizarse durante los próximos dos años para su antiguo uso, o sea oficinas, en un momento de saturación de esta oferta inmobiliaria, lo que vaticina que el inmueble conservara su fantasmagórico aspecto al menos hasta la primavera del año 2001. Precisamente, la recalificación para edificar viviendas era la opción que concedía una salida al edificio, situado en la zona de Abandoibarra, junto a la ría y a apenas 500 metros del museo Guggenheim. Transcurridos los dos años, se convocará una subasta pública "y luego ya veremos", afirmó Dimas Sañudo, dejando abierto el cambio de uso del inmueble. "Creemos que ha pasado un plazo prudencial para que los acreedores llegasen a un acuerdo. Ahora ya se inicia el proceso para que se puede hacer algo con Uribitarte, que es a lo que se comprometió este equipo de gobierno". Desde el pasado otoño, el Ayuntamiento bilbaíno ha mantenido que el desarrollo de los mecanismos de venta forzosa eran la única manera de desatascar el conflicto y solucionar un problema que amenaza con dejar un lunar en toda la operación de revitalización urbanística de Abandoibarra. El área municipal ha recibido varias ofertas para el antiguo depósito franco de Bilbao. Entre ellas, se encontró la de un grupo de constructores vizcaínos que que iba a pagar 3.800 millones a los acreedores -que aceptarían así una quita del 85% de la deuda- para edificar viviendas, y la de una promotora con capital extranjero que pretendía habilitar un centro de ocio y deporte. La última oferta del grupo Vizcaína de Edificaciones se fundamentaba en la construcción de viviendas y locales comerciales en un edificio de carácter polivalente, que, según César Gil, "ha sido la mejor oferta que hemos tenido sobre la mesa".

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