Benet i Jornet y Belbel ponen en contacto su teatro con el estreno simultáneo de sus dos últimas obras
Pese a que pertenecen a generaciones diferentes, las obras de los dramaturgos catalanes Josep Maria Benet i Jornet y Sergi Belbel tienen muchos puntos en común. Ambos se influyen mutuamente, intercambian sus textos y cada cual interviene y opina en la labor creativa del otro. Así ha ocurrido en sus obras más recientes, El gos del tinent, de Benet i Jornet, y La Sang, de Belbel, que se estrenarán en la Sala Beckett los días 2 y 3 de febrero. Los dos montajes comparten planteamiento escenográfico, actores, director -Toni Casares- y tienen coincidencias temáticas.
"Sergi me ha ayudado mucho a escribir obras que no serían lo mismo sin su colaboración". Así de rotundo se muestra Benet i Jornet, "muy excitado" ante la experiencia que se fraguará en breve en la Beckett. Tanto él como su compañero confiesan sentirse muy atraídos por la posibilidad de estrenar lejos de los circuitos comerciales en los que habitualmente se mueven. Algo que, en su opinión, no minará en absoluto la calidad del resultado. "Las salas alternativas no deben ser salas de segunda división, sino salas especiales, para propuestas diferentes, pero con el mismo rigor". Belbel subraya que el hecho de que experimentados profesionales del teatro catalán se impliquen en proyectos vinculados a salas alternativas ayuda a consolidar el sector, que al igual que Benet contempla con optimismo. "Cataluña es un país que cada vez está normalizando más su situación en el ámbito teatral. No soy optimista del todo, pero creo que el panorama está mejorando mucho". Por su parte, Benet i Jornet constata una diferencia abismal entre la situación del teatro catalán de cuando él se inició en el sector, 30 años atrás, y la actual. "Se ha vivido un cambio de cero, del desierto, a lo máximo que ha habido nunca en la historia del teatro catalán. Creo que Barcelona tiene hoy en día unas infraestructuras y una capacidad creativa como no había tenido jamás. Aunque tengamos algunos problemas, yo, que soy pesimista, contemplo la situación con optimismo". La actitud positiva de ambos dramaturgos no se traslada a las obras que mostrarán en la Beckett. El gos del tinent presenta a un hombre que cree reconocer en una prostituta a su primer y tímido amor de infancia. Su intento por revivir la relación se verá empañado por una persona que representa el poder, demoledor e impune. Por su parte, el arranque argumental de La Sang es el secuestro de una mujer a manos de una organización terrorista. Con su nueva obra, Benet i Jornet ha recuperado una línea iniciada en sus primeros textos, inspirados por preocupaciones colectivas, que interrumpió en un grupo de obras más recientes -Desig, Fugaç, E. R., Testament- centradas en problemas interiores del individuo. "Cada vez estoy más impotentemente indignado ante el poder. Mi afirmación es que en las comisarías se tortura cada día y no ocurre nada. Quise plasmar la impunidad del poder en esta obra". Belbel no ha buscado profundizar en el componente ideológico y político de los actos terroristas, sino que su intención es mostrar las consecuencias de dichos actos. "No me interesa hablar de los terroristas, sino de cómo ellos modifican la vida de unas personas, hablo del horror del terrorismo". Pese a que ambas obras son independientes y se presentan por separado, Casares, el director de los dos montajes, ha querido plasmar sus paralelismos utilizando prácticamente los mismos actores (Manel Barceló, Jordi Boixaderas, Marta Millà y Victòria Pagès actúan en ambos, mientras que Marta Angelat y Anna y Laura Ventura intervienen sólo en La Sang), y sirviéndose de una escenografía única. La Beckett estrenará ambos montajes en una sala que ha mejorado sus instalaciones con una reforma.
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