Poder seguro
La decisión de José María Aznar de nombrar secretario general de su partido a Javier Arenas produjo en el PP andaluz un primer momento de contento. Fue un fogonazo. Pasadas las primeras horas tras la sorpresa, y después de hablar con algunos de ellos, una tenía la sensación de que no sabían muy bien por qué exactamente tenían que estar contentos quienes desde aquí tendrían que seguir sacando adelante el partido y además encontrar un candidato para la Presidencia de la Junta de Andalucía, una vez que Javier Arenas se había liberado de la pesada carga, que ya no quería asumir, de ser él quien volviera a correr el riesgo de perder otras elecciones. Pero el candidato lo nombrará Arenas, que tendrá ahora más poder aún sobre los suyos aquí como consecuencia del enorme poder del que disfrutará en Madrid. De momento, en medio de la tormenta de nombres entre los que puede elegir, lo único que sabemos es que ninguno de los señalados se siente especialmente cómodo cuando se le pregunta sobre la posibilidad de ser el elegido. Después de tres años de legislatura y como quien esperaba lo que por fin llegó, Javier Arenas no había querido despejar la duda sobre su candidatura; una vez despejada por la vía del ascenso, todos los demás posibles candidatos dan pasos atrás. Habrá un candidato, o una candidata, porque estas cosas siempre se arreglan, pero de momento el entusiasmo de todos los posibles es perfectamente descriptible mientras sin embargo sí dicen que hay movimientos y apuestas por la Presidencia del partido, o lo que es lo mismo, por el "poder seguro", que es el mismo por el que ha apostado Javier Arenas, frente al futuro incierto que se le hubiera presentado de haber sido una vez más candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía. No se puede reprochar a un político que ambicione poder, porque si se está en política es para tenerlo ya que sin él nada se puede hacer, pero sí se le puede reprochar en este caso a Javier Arenas que en su apuesta por el "poder seguro" haya dejado aquí una sensación de huida ante la posible derrota. A los suyos se lo ha dejado difícil.MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ
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