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Aznar justifica los cambios en el Gobierno para fortalecer y conectar al PP con la sociedad

Javier Casqueiro

José María Aznar resumió ayer en Sevilla en cinco claves su reciente ajuste en el Gobierno y los cambios que quiere promover en el próximo congreso nacional del PP, que se celebrará los días 29, 30 y 31 de este mes. Indicó que busca, en primer lugar, "fortalecer el partido". Es decir, darle "más voz, capacidad, presencia, peso, vigor en la vida política española". Un reconocimiento implícito de que algo ha fallado hasta ahora. Tras recalcar que pretende terminar la legislatura con este Gabinete, el jefe del Ejecutivo añadió que con la renovación de dirigentes, más jóvenes y más mujeres, persigue la confección de un equipo "que interprete más correctamente la España del futuro".

Aznar, y su nuevo número dos en el PP, el sevillano Javier Arenas, aparecieron ayer por primera vez en un acto público tras la remodelación en el Ejecutivo. Fue en Sevilla y ambos se encargaron de subrayar que no por casualidad. La cita tenía morbo. Arenas la interpretó en sintonía electoral y de compromiso de Aznar con esta tierra, Andalucía, en la que el PP está envuelto en un maremágnum de hipótesis sobre quién sustituirá como candidato a la Junta andaluza al hasta ahora líder natural: Arenas. Pero sobre ese aspecto nada se aclaró ayer.Aznar sí quiso recordar que acudía a Sevilla, donde clausuraba una convención de jóvenes del PP, casi 10 años después del cónclave de la refundación del partido, en el que él salió elegido presidente. Fue ahí cuando confesó que en este tiempo no se han cumplido todas las metas que se puso entonces. El largo peregrinar ideológico hacia el centro continúa después de una década, y Aznar pretende rematar la operación en el congreso de este mes.

El retorno a Sevilla le sirvió para impulsar esta idea de centro y para justificar con tal sintonía los recientes reajustes en el Ejecutivo. Primero explicó que cuando le preguntan qué quiere hacer con el congreso, él responde que tomar fuerzas para "terminar la legislatura hasta el final y si es posible con el mismo Gobierno". Sostiene que tanto por el momento que atraviesa el país como por la vitalidad que cree comprobar entre sus ministros, no va a hacer una crisis de Gobierno "porque no hay razón".

Tras subrayar que ahora sólo le preocupan el congreso del PP y las elecciones municipales y autonómicas, Aznar glosó en cinco claves los objetivos de los populares ante su cita de este mes. La primera es que "el partido salga fortalecido políticamente, con más voz y más peso", porque "el PP está llamado a gobernar bastantes años del siglo XXI". El segundo reto tiene que ver con las ponencias del cónclave. Aznar entiende que éste es un "momento histórico" para abordar "orientaciones generales" de un proyecto para el nuevo siglo que podría ser asumido por una mayoría de los españoles.

El tercer objetivo ya tiene que ver con los nombres, los apellidos y las caras. Aznar busca poner en marcha "un equipo de personas que, haciendo lo que siempre, sumar, sean los que interpreten más correctamente la España del futuro". La encarnación de ese intérprete prototipo del centro reformista es ahora Javier Arenas, y no Francisco Álvarez Cascos. Aznar profundizó la razón: "No es que otras personas no lo puedan interpretar, sino que hay otras que pueden aportar más". No mencionó en ningún momento el nombre de Cascos, el secretario general saliente, pero esta alusión le sirvió como recuerdo.

Completó el escenario con la idea de que ha llegado la hora de mover el banquillo del partido con los cuadros más jóvenes y mejor preparados, y anunció que dentro de esta renovación hay que dar otro impulso a la irrupción de las mujeres en los cargos de dirección. Ese comentario acentúa las especulaciones de que dos de los cuatro coordinadores del PP serán mujeres.

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Aznar probablemente tendrá ocasión de volver a explicar sus cambios de Gobierno en el Congreso de los Diputados. La Diputación Permanente se reunirá el martes para debatir la petición en tal sentido del PSOE, IU y Grupo Mixto. Adelantándose a esta reunión, los ministros Pimentel, Rajoy y Acebes pedían ayer comparecer a petición propia.

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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