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Tribuna
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Bellaterra

Si existe algo que caracterice a la Universidad, eso es su libertad. La libertad es la esencia del conocimiento ya que sin ella es imposible explorar e investigar los confines de la ortodoxia imperante en cada momento y, por supuesto, es imposible conformar mentes abiertas a las oportunidades que brinda lo desconocido. Esa libertad es en consecuencia fundamento sacrosanto de lo que es universitario y así lo considera cualquier sociedad que se precie de avanzada. Sobre este pensamiento se construyó la Constitución y la Ley de Reforma Universitaria, de ahí que, desde los inicios de nuestra democracia actual, jamás se hubiese visto actuar a la policía en un campus universitario. Y no es que no hayan ocurrido hechos contundentes. Muchos son los rectores, decanos o claustrales que han sido insultados, zarandeados o lapidados con huevos y verduras, lo mismo que muchas han sido las autoridades y personalidades que no han podido ni dar una conferencia por los silbidos, insultos o abucheos y han tenido que salir apresuradamente de un acto. Ese es el principal coste de la libertad universitaria: en su seno nadie tiene garantizado el triunfo ni está libre de altercados críticos. A partir de aquí y conociendo cuál es la realidad de estos territorios libres, gobernados por el autolímite que permite el conocimiento, quien pretenda acercarse a la Universidad ha de someterse y desde luego no intentar someterla. Y esa es la diferencia entre usted, señor Aznar, y el señor González. El señor González, cuando resultó abucheado e insultado por sus nuevas generaciones en la Autónoma de Madrid, respetó la libertad universitaria y se sometió a ella. Usted, señor Aznar, cuando en la Autónoma de Barcelona le hacen un intento, sus acólitos mandan a la policía a perseguir carpetas y mochilas. Esa es la diferencia, usted nos devuelve a los grises. Frente a este atropello, como universitario, no puedo menos que declararme indignado con usted y su "guardia pretoriana". Y si no sabe lo que es la Universidad no venga. Por eso, desde esta tribuna pido a los rectores de las universidades andaluzas y a sus claustros que se sumen y apoyen las medidas de las universidades catalanas, porque todas seremos siempre Bellaterra.LUIS ÁNGEL HIERRO

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