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"El hombre de la Mancha" desembarca en Barcelona tras ser visto por casi 500.000 personas

Llegaron en noviembre de 1997 a la Gran Vía madrileña y durante más de un año devolvieron al teatro Lope de Vega su lugar en la geografía escénica de la ciudad. Ahora, del 22 al 31 de enero, Paloma San Basilio y José Sacristán desembarcarán en Barcelona con las "utopías" de Don Quijote. La cita es en el Palacio de Deportes, donde podrán verse 11 únicas representaciones del musical basado en la obra de Cervantes: El hombre de la mancha. El montaje lo han visto ya casi 500.000 personas. "Me ha emocionado como actor y como ciudadano", dijo ayer Sacristán.

Después de este rodaje, llegó el momento de hacer un balance. San Basilio y Sacristán no ahorraron ayer en la presentación del montaje cumplidos. Ni mutuos ni para el productor, Luis Ramírez, un ingeniero de caminos que se ha impuesto como tarea abrir espacios para las grandes producciones musicales de origen londinense y neoyorquino con su productora, Pigmalion. Un Sacristán cómodo en lo que se puede entender como espectáculo multitudinario aseguró haber "desbordado" sus expectativas como actor. Y una Paloma San Basilio que ya había encontrado el gusto al musical con Evita, a principios de los ochenta, recordó el "reto" que había supuesto para ella, cantante, compartir diálogos con un actor como el que da vida a Cervantes / Quijote. Sacristán, atento al contenido de la obra, elogió al autor del libreto, Dale Wasserman, "un señor americano que demostró respeto y conocimiento de Cervantes y sus criaturas" en su creación, original de 1965. En tono arrebatado, narró también el significado que para él ha tenido encarnar al escritor y a su antihéroe en uno de los musicales de mayor éxito de la historia del género -antes que él, fueron actores y cantantes como Jacques Brel, Plácido Domingo o Peter O"Toole-. Más que las grandiosas cifras de recaudación, a las que también hizo referencia, ha sido "la calidad de la respuesta del público". "Me llena de orgullo y emoción", añadió, "ofrecer algo cercano a la cultura que se convierte en un encuentro con el público". Para el actor, la belleza del texto y la emoción que se desprende de la voz de San Basilio, "provoca lo que ha pasado en Madrid: que los espectadores iban, aplaudían, se levantaban y lloraban como cabrones". Este ambiente le ha hecho olvidar el mono del cine. Cuando termine de dar cuerpo al caballero de la triste figura retomará un proyecto aplazado con el director argentino Adolfo Aristaraín. El hombre de la mancha es un musical a lo grande. Las cifras que acompañan a la promoción así lo atestiguan. El productor se mostró convencido: "Hemos inaugurado un nuevo modo de hacer teatro en Madrid". Han sido 475.000 espectadores los que han ocupado día sí día también el Lope de Vega. Un 10% de los cuales, según Ramírez, han sido catalanes. La recaudación "ha batido todos los récords", añade. 2.070 millones de pesetas para 429 funciones que han superado las cifras de taquilla de la película española que más dinero ha dado: Torrente, el brazo tonto de la ley, de Santiago Segura. En Barcelona los precios de las entradas, de las que los promotores aseguran haber vendido ya la mitad, se sitúan entre las 2.500 y las 9.500 pesetas. El aforo del Palacio de Deportes para este espectáculo se ha fijado en 3.000 espectadores. El musical realizará una gira de medio año por Suramérica, en la que visitará Argentina, Chile y otros países. Los 40.000 kilogramos de material de la escenografía se trasladarán en barco. Después, la compañía se tomará un respiro para que cada uno continúe con sus proyectos en solitario. Pero, en breve, tanto San Basilio como Sacristán volverán a subirse al carro de la superproducción para preparar una versión del musical My fair lady. La cantante lo tenía ayer muy claro: "Si hubiese sido con otro actor esto no hubiera durado tanto". La música de El hombre de la Mancha es en directo, a cargo de una orquesta de una veintena de músicos. El espectáculo, que dura algo menos de tres horas, con 15 minutos de intermedio, tiene más de 30 cambios de decorado, y en la obra aparecen hasta 200 trajes distintos para el medio centenar de actores.

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