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Una cárcel con problemas

La macrocárcel de Soto no parece desprenderse nunca de problemas. Desde que en 1991 se diseñó la prisión comenzaron las movilizaciones ciudadanas en contra del presidio más grande de Madrid. En julio de 1992 el Gobierno aprobó la construcción de la prisión por decreto para esquivar la oposición del Ayuntamiento, que denegó la licencia de obra.En marzo de 1995 se inauguró la prisión con dos meses de retraso debido a la filtración de exámenes a la oposición del Cuerpo de Ayudantes de Prisiones.

En casi cuatro años de vida en la prisión, con una población hoy de 1.500 reclusos, han muerto 38 internos. Los suicidios y las sobredosis de droga han sido las causas más comunes de esos fallecimientos.

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El 26 de noviembre del año pasado fallecieron en menos de 24 horas dos toxicómanos que seguían un tratamiento de metadona.

El equipo médico de la cárcel de Soto del Real, formado por más de 40 personas, emitió días después un comunicado donde destacaba la presión que sufren los sanitarios por parte de la Administración Penitenciaria para limitar las salidas de reclusos a hospitales. También acusaban a la Dirección de Prisiones por su "intervención permanente y arbitraria sobre las actividades y la organización sanitaria".

En los últimos meses la polémica surgió a raíz de que el Juzgado de vigilancia Penitenciaria llamó la atención a los directivos de la cárcel por retener permisos de salida concedidos a internos y, en otros casos, por tramitar a destiempo y con retraso progresiones de grado.

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