El PP considera necesarias dos legislaturas para que España alcance el nivel medio de desarrollo de la UE

Los diputados nacionales del PP Vicente Martínez Pujalte y Guillermo Martínez Casañ presentaron ayer en Valencia un estudio sobre la importancia de las regiones en la Unión Europea y aseguraron que son necesarias al menos dos legislaturas para que España se ponga a la altura de la media comunitaria en los diversos indicadores económicos. Tal situación exige que el flujo de fondos de cohesión, para aquellos países cuya renta no alcanza el 90% de la media de la UE, o de los fondos estructurales, para aquellas regiones que no superan el 75% de la capacidad de compra de la media comunitaria, como la Comunidad Valenciana, no se detenga. Los dos diputados populares se mostraron optimistas sobre la asignación de fondos estructurales del denominado Objetivo 1 a la Comunidad Valenciana entre los años 2000 y 2006 a partir de los indicadores publicados el pasado mes de noviembre por Eurostat, la agencia estadística de la UE, y aseguraron que las negociaciones sobre la denominada Agenda 2000 que desarrollará Bruselas durante el próximo sexenio se deben cerrar en bloque sin modificar los actuales criterios de reparto de fondos ni otros acuerdos considerados sectoriales. La Comunidad Valenciana ha recibido de la UE en concepto de región Objetivo 1 una cantidad que supera los 440.000 millones de pesetas entre 1994 y 1999. Las amenazas formuladas por Alemania y otros países ricos de la UE sobre su disponibilidad a seguir asumiendo la factura de fondos estructurales, que supone un tercio del presupuesto comunitario, debe interpretarse en clave interna, según Martínez Casañ, quien atribuyó a las recientes elecciones alemanas algunas declaraciones que luego se han matizado. La posibilidad de que los diversos gobiernos regionales deban asumir parte de los costes de las subvenciones a la agricultura en sus respectivos territorios también fue desestimada por Martínez Casañ, quien recordó que "la cofinanciación" de las ayudas financieras está en contra del espíritu que practica habitualmente la UE.