Música en clave de potencia
¿Necesita algo tan aparentemente pequeño como la historia de la música catalana, valenciana y balear 10 volúmenes para ser contada? Xosé Aviñoa asegura que sí. "Aquí se ha enseñado y se sigue enseñando la historia de la música de fuera, nunca la de casa; por ello tenemos la falsa sensación de que apenas hay nada que contar, pero no es cierto", advierte el director de la obra. "Cuando España era un imperio en el que el sol no se ponía, éramos también importantes en el apartado musical. En Cataluña y en el resto de España la importancia de la escuela musical de Montserrat, un destacado centro de creación, es grande y proporciona a un buen número de compositores, como Narcís Casanovas, Anselm Viola, Benet Julià o Antoni Soler, que dan la vuelta a España y ocupan destacados puestos desde el punto de vista musical. Pero la importancia decae en el momento en que, en los siglos XVII y XVIII, Italia se convierte en una potencia musical y el imperio español empieza su declive. En el siglo XIX, Alemania toma el relevo a Italia y no es hasta finales del siglo pasado que Cataluña empieza a hacerse un lugar y Barcelona llega, en el primer tercio del siglo XX, a ser una ciudad pionera y progresista en el terreno musical. Pero todo se truncó con la guerra civil", explica Aviñoa. La música, hasta finales del siglo pasado, estuvo en manos de las iglesias. "La abadía de Montserrat y la catedral del Barcelona son presencias constantes a lo largo de los siglos y centros de creación musical y de estilos. Sin que Montserrat haya perdido su importancia, en los últimos 100 años el Orfeó Català ha sido también un centro importante de poder musical por su alianza con la burguesía y los partidos catalanistas. Que todo esto nos suene próximo no significa que sea provinciano y que no sea importante", asegura el director de la Història de la música catalana,valenciana i balear. Sin industria musical La creación de una industria de la música, como los norteamericanos supieron crear una industria del cine, es a juicio de Aviñoa una pieza clave para tener poder. "Siempre nos ha faltado creer en la bondad de la industria de la música. Gran Bretaña no ha sido un gran productor, ni ha tenido un gran número de grandes compositores, pero sí ha tenido una importante industria discográfica. En Cataluña, en cambio, somos una potencia editorial, pero no hemos tenido ningún peso en la industria fonográfica salvo a principios de siglo con la creación de la primera empresa de rollos de pianola de la familia Blancafort. Si el disco no hubiera hecho desaparecer las pianolas, habríamos podido ser una potencia industrial en este campo, pero sólo somos un país subsidiario". Aviñoa cree que la historia de la música precisa ser explicada también en clave económica y no sólo de nombres. "Desde el punto de vista de la ópera, hemos sabido ser una potencia en España, porque desde que el Teatro Real cerró en 1925, el Liceo ha sido el único centro lírico importante que ha existido, y eso nos ha dado un signo de distinción".
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