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Entrevista:

VENANCIO LÓPEZ ENTRENADOR DE FÚTBOL SALA "Veo muy complicado que el fútbol sala triunfe en el País Vasco"

El País Vasco no es tierra de promisión para el fútbol sala, que apenas subsiste aquí. Sin embargo, sí produce entrenadores para la División de Honor. El bilbaíno Venancio López, exseleccionador nacional femenino y ex ayudante del responsable de la selección masculina, es el mejor ejemplo de ello tras hacerse cargo el pasado verano del Caja Segovia, uno de los conjuntos más fuertes de la categoría, después de haber descartado otras ofertas. Ahora vive en tierras castellanas la fiebre del fútbol sala, alejado de sus orígenes, donde el todopoderoso fútbol oculta cualquier atisbo de crecimiento de su hermano menor. Pregunta. ¿Cómo se gestionó su llegada al Caja Segovia? Respuesta. La verdad es que no pensaba entrenar esta temporada. Estaba decidido a hacerme cargo de la dirección de la escuela nacional de entrenadores, por lo que previamente deseché otras ofertas. Sin embargo, llegó la posibilidad de entrenar al Caja Segovia, uno de los firmes aspirantes a títulos. Poder trabajar con un equipo con aspiraciones fue lo que me decidió a dar el paso. Además, aquí el fútbol sala es el deporte más importante de la provincia, el pabellón se llena cada vez que jugamos y los periódicos nos siguen de cerca cada movimiento. El fútbol sala es un fenómeno social en Segovia. P. Curiosamente todo lo contrario de lo que sucede en el País Vasco. R. Tiene su lógica. Éste es uno de esos deportes que florecen en ciudades pequeñas que necesitan de un buque insignia para proyectarse. Hoy por hoy el fútbol es el rey y es imposible luchar contra él dentro de la enorme sombra que proyectan el Athletic, la Real Sociedad o el Alavés. Eso sí, hay que tener bien claro que el fútbol sala es actualmente el cuarto deporte más practicado de acuerdo al número de fichas; no digamos ya al de aficionados y practicantes ocasionales. P. ¿Qué debería ocurrir entonces para que el fútbol sala se desarrolle en Euskadi? R. El primer objetivo sería crear la base. No es posible ningún desarrollo competitivo sin que exista una base sobre la que se sustente. Habría que comenzar por crear escuelas de fútbol sala. Pensemos que en Vizcaya la competición menor es la categoría juvenil, algo que ni siquiera existe en Guipúzcoa o Álava. A pesar de la polémica suscitada en el deporte infantil, estoy a favor de que se les permita jugar y competir, aunque, obviamente, sin la necesidad imperiosa de ganar. Por éstas y otras razones, como el que las instituciones nos perciben exclusivamente como deporte minoritario, veo muy complicado que este deporte penetre de verdad en el País Vasco. P. Precisamente por todo ello, ¿no es más llamativa su presencia en la élite de los entrenadores? R. De hecho, no estoy solo pues esta misma temporada otro vizcaíno, Gero Ugarte, está entrenando al Dulma Astorga también en la máxima categoría. Desde luego es lógico que todo ello pueda sorprender, teniendo en cuenta la lamentable situación del fútbol sala en Vizcaya. A veces se trata tan sólo de casualidades de la vida el que nosotros podamos haber adquirido un nivel importante. P. Pese a todo, ¿cree usted que está por llegar el salto cualitativo de este deporte? R. Estoy convencido. De hecho ya hay equipos, como el mío, en el que todos los jugadores son profesionales. Eso se debe a que los patrocinadores van entrando paulatinamente. Si lo hacen es debido a que el número de aficionados continúa creciendo ya que éste es posiblemente el deporte que más mercado tiene. Con todo, lo que se consigue es un mayor interés en la competición.

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