El divorcio fatal de Vieri

Christian Vieri da tumbos desde que dejó el Atlético. El italiano, de 25 años, se marchó al Lazio de Roma en un impulso incontenible por superar la nostalgia que lo embargaba en Madrid, lejos del bel paese, y demasiado cerca de una disciplina -la de su entrenador, Arrigo Sacchi- que se le antojaba insufrible. Su marcha imprevista confirmó su desgobierno emocional, dejó atónito a Sacchi y libró un recuerdo trepidante en la hinchada rojiblanca: 24 goles en sus 24 partidos de Liga para confirmarlo como el artillero de moda. En el Mundial de Francia hizo más de lo mismo: cinco partidos, cinco goles. Pero desde que se fue, sufre una lesión que le ha impedido jugar un solo partido de Liga italiana. Y el Atlético, sin él, ha rebajado el índice de goles al mínimo. De ser el equipo más goleador, con 79 tantos en los 40 partidos de Liga, ha pasado a registrar sólo 22 en los 15 duelos de la presente campaña. La diferencia la marca un divorcio fatal: Vieri ya no juega en el Manzanares. Vieri se marchó a Italia (el presidente del Lazio, Sergio Cragnotti, pagó 4.000 millones de pesetas por él) pero se lesionó nada más llegar y el Lazio se desmoronó en los primeros compases de la temporada. La inversión más alta del calcio -10.000 millones en la contratación de De la Peña, Salas y el ex atlético- ha sido en balde. El equipo ha descendido al sexto puesto, a seis puntos del Fiorentina (con 29). Y aunque lo sostiene una fabulosa reserva de delanteros, con Salas y Mancini a la cabeza, conseguir el título parece una quimera.

La suerte del Atlético no ha sido mucho más venturosa, sexto en la clasificación y a siete puntos del líder. En las tardes de partido, el Calderón es ambiguo al recordar a su viejo héroe: los cánticos oscilan entre "¡Christian Vieri, capo cannoniere!" y "¡Christian Vieri, vafanculo!". Para su ex entrenador no hay dudas. Sacchi ya no oculta que pretendió construir un equipo para Vieri, que todos los caminos de su armazón conducían al rematador italiano, que su marcha no fue, por poco, traición. Sin punta de referencia, a duras penas, hoy marca el que puede. Con Radomir Antic, Vieri acumulaba goles con diferencia: 26 frente a los nueve de José Mari o a los seis de Kiko, Paunovic y Bogdanovic, los otros goleadores del equipo. Con Sacchi, el goleador es una figura indefinida: entre Kiko (4) y Juninho, José Mari, Jugovic y Correa (3). Para colmo, el equipo lleva cinco partidos sin marcar. Con Vieri fueron cuatro en toda la temporada (y en dos no jugó).

Todos echan en falta a Vieri en el Atlético. Sin El Capo, el viejo tridente ofensivo está desarbolado: Juninho atraviesa una crisis de inseguridad y Kiko no sale de su espiral de esguinces de tobillo. En el Lazio, cuentan que Vieri sigue insatisfecho, con su imperturbable aire de púgil y su inmadurez a cuestas. Sus compañeros lo dicen : "Christian Vieri echa de menos Madrid".