La Guardia Urbana centra esta noche su actuación en los conductores ebrios
La Guardia Urbana de Barcelona se prepara para paliar los efectos del alcohol sobre el tráfico en la peor de las noches del año, sólo equiparable a la de la verbena de Sant Joan. El principal objetivo es evitar que la gente conduzca con cava en las venas y para ello se multiplicarán los controles de alcoholemia. Habrá, por lo menos, uno en cada distrito, y varios situados en las rondas. Transportes de Barcelona incrementará la oferta de autobuses, especialmente entre la plaza de Espanya y Montjuïc. Esta línea, que llegará hasta el Palau Sant Jordi, estará en servicio entre las 24.00 y las 7.30 horas, y tendrá carácter gratuito. El metro cerrará entre las 2.00 y las 6.00 horas.
Los guardias que salen esta noche a la calle, el doble de los que lo hacen cualquier día normal, tienen un orden de prioridades claro: en primer lugar, descubrir a los conductores borrachos; el segundo, vigilar las conducciones temerarias. Ambos aspectos están muy relacionados, afirma un portavoz de la Guardia Urbana, y añade: "No buscamos llegar al 1 de enero con 5.000 detenciones, sino superar esa fecha sin tener que lamentar muertes". Para luchar contra la tendencia a la bebida, tan facilitada en una noche como ésta, la policía local barcelonesa ha dispuesto de todos sus efectivos con orden expresa de perseguir a cualquier tipo de conductor del que se sospeche que puede haber ingerido más licor del regulado. "Nos encontramos con frecuencia con una extraña reacción de los ciudadanos que son sorprendidos conduciendo bajo el efecto del alcohol. Aunque no son delincuentes, acaban de cometer un delito, y los guardias proceden a leerles sus derechos y, según los casos, a detenerles y trasladarlos al calabozo. Para algunas familias esto resulta un trauma. Pero es algo que se puede evitar muy fácilmente: basta con beber poco o, mejor aún, no beber nada si se opta por coger el coche y conducirlo". La Guardia Urbana prestará atención a un segundo objetivo: el aforo de los locales en los que se celebren fiestas, y también al control de las puertas de salida de emergencia. "Ocurre muchas veces que un local mediano, con capacidad para 250 o 300 personas, tiene salidas previstas; pero como esa noche hay mucho consumo, las puertas están tapadas por cajas de bebida y si hay que usarlas no se puede". También los Mossos d"Esquadra han organizado una operación en Girona. Un centenar de agentes de este cuerpo controlarán las carreteras en las comarcas de Girona en la noche de fin de año, informa Efe. La actuación de los Mossos incluye un plan de control de alcoholemia específico, dado que se trata de "una madrugada de riesgo", según el inspector que coordina la región policial de Girona, Manel Castellví, por lo que se establecerán puntos de control en lugares próximos a zonas de fiestas. Naves industriales La policía autonómica comprobará antes de la medianoche si se cumplen las medidas de seguridad de las instalaciones en las que está previsto que se celebren fiestas de fin de año, especialmente naves industriales que habitualmente se utilizan como almacén y que hoy se convertirán en locales con gran afluencia de público. Los Mossos también han incrementado durante estas fiestas la vigilancia en las zonas comerciales, con el aumento de agentes que patrullan a pie. "No hemos registrado problemas graves, pero mantenemos la actuación", dijo. Castellví hizo ayer balance del despliegue de los Mossos d"Esquadra, que en Girona ya se ha completado, y lo calificó de "muy satisfactorio", destacando que tienen previsto aproximarse más a las zonas rurales con vistas al año que viene porque "es una asignatura" que tienen pendiente. Esta aproximación al mundo rural, que prevé una actualización de la cartografía para conocer los caminos rurales de acceso a los núcleos habitados y un mayor contacto con sus habitantes, se ha iniciado en la comarca de Osona y próximamente se llevará a cabo en el Ripollès. De las operaciones realizadas este año, Castellví destacó la resolución de dos asesinatos en las comarcas de Girona y la identificación de los cadáveres del naufragio de Banyoles, en el que fallecieron 20 jubilados franceses. También puso de relieve la protección por orden judicial de una veintena de familias con riesgo de sufrir violencia doméstica.
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