"Los cuentos se los están llevando las abuelas a las tumbas"
La "agudeza" que el jurado percibió en el comienzo de su novela corta, unida a la aportación estilística, a la "dosificación" del interés y al "conocimiento" de los hábitos de los jóvenes, han hecho que este joven malagueño de 23 años gane el premio Gustavo Adolfo Bécquer en la modalidad de narrativa. Francisco Medina Najaro, estudiante de Relaciones Laborales en la Universidad de Málaga, no se acaba de creer la noticia de ser él uno de los protagonistas del certamen organizado por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ). Con el título de Un mundo sin cuentos, el joven escritor alerta de los riesgos del actual sistema de las telecomunicaciones en el que, paradójicamente, se da la espalda a la comunicación interpersonal en no pocas ocasiones. Pregunta. ¿Se esperaba este premio por su novela corta? Respuesta. Es el primero que recibo en mi vida. Ha sido una auténtica sorpresa, me parecía casi mentira. Pero lo que más ilusión me hace es la recompensa: que publiquen la obra. Eso me ilusiona más que haber recibido dinero. P. Por el título se diría que la novela encierra mensaje apocalíptico. R. En último término, la novela refleja la incomunicación de hoy día. Un mundo sin cuentos hace referencia al cambio de las tradiciones por los que la transmisión oral ya no tiene ningún peso entre las generaciones. Es triste, pero los cuentos se los están llevando las abuelas a las tumbas. P. ¿Qué papel tiene la juventud en este trabajo? R. La novela está protagonizada por jóvenes y el narrador es uno de ellos. La historia que se cuenta refleja la vida cotidiana de la juventud hoy día, con sus consiguientes problemas de trabajo, violencia doméstica o diversión. P. ¿Eso en qué estatus la sitúa, en víctima o en verdugo de este mundo? R. La juventud aparece aquí como gente a la que no le gusta la sociedad en la que viven. Pero en vez de cambiarlo se aíslan en su mundo. Son personas muy escépticas en cuanto a cómo funcionan las cosas y no les interesa para nada la política. P. ¿Ve a esa gente con su libro en la mano una vez publicado? R. Sí, porque es gente con la que hablo. No me he inventado nada, están ahí fuera y les gusta leer. P. ¿Percibe intereses creados en esto de los concursos literarios? R. Quizá en los premios de gran trascendencia, en los que es difícil que gane gente novel. Es casi imposible que alguien que no haya publicado nada en su vida gane un certamen de renombre. Yo, por mi parte, seguiré presentando trabajos en otros concursos y continuaré escribiendo.
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