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Los socialistas dudan que el PNV quiera pactar con ellos una reforma fiscal común para toda Euskadi

Lograr un IRPF armonizado entre los tres territorios históricos comienza a ser un sueño. Visto el juego de pactos que ha llevado al PNV a acordar una norma diferente en cada diputación, los socialistas analizarán finalmente hoy cuál va a ser su posición definitiva: armonización o no. "El PNV ha preferido pactar con su aliado de derechas natural, el PP", aseguró ayer el secretario institucional del PSE guipuzcoano, Iñaki Pierrugues. Los socialistas dudan que el PNV busque en realidad un IRPF armonizado y quiera pactar con ellos. Mientras, el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara, dijo que no aprobarán nada que pueda "traer un auténtico agravio comparativo" entre territorios o con el resto de España.

Bergara recalcó en Bilbao que "no se aprobará nada en la Cámara foral que pueda traer un auténtico agravio comparativo con respecto a los otros territorios históricos, al territorio de régimen común [España] o a la UE". "Pretendemos que la fiscalidad se equipare a la realidad y, en este sentido, intentaremos que nuestra Hacienda sea dinámica, viva y que sus funciones vayan de la mano de la realidad social que nos rodea", agregó el diputado general vizcaíno. El pleno de las Juntas Generales de Álava marcará hoy el ritmo de un impuesto que puede convertir al País Vasco en casi un reino de taifas fiscal. En todo caso, las negociaciones continúan y el portavoz del PP en las Juntas de Vizcaya, Carlos Olazabal, se entrevista también hoy con el diputado de Hacienda de este territorio, Fernando Olmos. Hasta ahora el representante popular vizcaíno se mostraba contrario a apoyar a los nacionalistas. El PNV gobierna en las tres diputaciones con apoyos diversos y se ha mostrado incapaz de lograr pactar una norma fiscal única. Cada uno de sus socios le ha abierto un frente en cada territorio. Ahora se enfrenta a la papeleta de lograr en los plenos de Juntas el apoyo a una reforma fiscal común. La primera brecha la causó el PSE-EE, socio del PNV en Vizcaya y Guipúzcoa, al colar una enmienda en la que se cambiaba la tributación de las plusvalías de capital (venta de acciones). En Vizcaya, el proyecto de norma llegará al pleno el próximo lunes, dos días antes que al de las Juntas Generales de Guipúzcoa, un territorio que ayer también aprobó novedades. Tres cambios La nueva norma del Impuesto sobre la Renta entrará en vigor en Guipúzcoa el 1 de enero de 1999 tras aprobarse ayer el texto íntegro del proyecto en la comisión de Hacienda con la inclusión de tres enmiendas presentadas por el PP y el rechazo de la enmienda socialista sobre plusvalías. El pacto estampado por el PNV y el Partido Popular en vísperas del debate en comisión de las enmiendas al proyecto de reforma propició que los conservadores hayan podido incluir algunas modificaciones en el articulado de la norma, referentes al tratamiento fiscal que recibirán los contribuyentes separados y divorciados y los profesionales liberales, a cambio de prestar su apoyo a los nacionalistas para rechazar la propuesta socialista sobre plusvalías. Este giro del PP en Guipúzcoa puede propiciar que los populares se conviertan en el pilar en el que se apoye finalmente el PNV para aprobar la norma en detrimento de sus socios socialistas. Una vez acordado el contenido total de la reforma del IRPF en Guipúzcoa, con los votos a favor del PNV, Eusko Alkartasuna y PP, los rendimientos obtenidos vía fondos de inversión y acciones estarán sometidos a un gravamen del 20% fijo, como proponían los partidos nacionalistas. La enmienda socialista, en cambio, planteaba que la tributación de esas ganancias se atuviera a una horquilla del 17% al 50%. El PSE contó con el apoyo a su propuesta de HB y de IU. El diputado guipuzcoano de Hacienda, el peneuvista Antton Marquet, alertó del riesgo evidente de que se produzca "una evasión del ahorro a otras provincias si se aprueba la enmienda socialista". La "isla" vizcaína Marquet lanzó un mensaje dirigido a los socialistas y populares vizcaínos demandándoles un replanteo de su actual postura y "se retire la propuesta sobre los fondos de inversión y las acciones en el Pleno de Juntas" con el fin de que Vizcaya "no se convierta en una isla en todo el Estado". La tesis de los nacionalistas se fundamenta en que "los fondos de inversión no pueden tributar como el resto de las rentas porque así se castigaría al ciudadano medio". Para desechar la enmienda del PSE los nacionalistas acordaron transaccionar tres enmiendas apadrinadas por el PP. Una de ellas establece el incremento de 25.000 pesetas en la deducción por hijos menores de tres años y hasta 50.000 pesetas para quienes tengan a su cargo una persona mayor de 65 años. También se aceptó el establecimiento de unos tramos de desgravación para los alquileres de vivienda para parejas separadas y divorciadas, y, por último, el PP ha logrado que los contribuyentes que inicien una actividad económica queden eximidos de cumplir el trámite de presentar la declaración de patrimonio durante los dos primeros ejercicios.

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