Un número especial de "Litoral" rinde homenaje al poeta Vicente Aleixandre

Aunque Lorca se ha comido el pastel gordo de los centenarios poéticos, Málaga no podía ser esquiva con el único premio Nobel que le dedicó un poema, el más hermoso que la ciudad haya recibido nunca y que incluso ha utilizado como eslogan publicitario: Ciudad del paraíso. La revista Litoral ha editado un número especial, financiado por el Ayuntamiento, en el que se recoge el facsímil del primer libro publicado por el poeta sevillano: Ámbito. El número será presentado hoy en el Salón de los Espejos.

Precisamente Ámbito fue recogido en los suplementos literarios que en su origen editaba la revista Litoral, quizá la que mejor recogió el espíritu de vanguardia y lúdico que caracterizó en parte a la llamada Generación del 27. La revista, dirigida entonces por Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, publicaba en 1928 aquel primer poemario aún lejano a la voz poderosa y a las influencias surrealistas del Aleixandre de Sombra del Paraíso, Poemas de la consumación, Espadas como labios o Historia del Corazón. Pero a pesar de los ecos creacionistas, el tono menor y el sometimiento al ritmo y a la rima de estos poemas, ya se advertía esa voluntad cósmica y metafísica del autor, donde cada palabra aparecía rotunda con el peso ancestral de una runa. Doble paisanaje El homenaje viene también a incidir en el doble paisanaje del poeta que, nacido en Sevilla, vivió su infancia en Málaga y pasó el resto de sus días en Madrid. Y ya tras la guerra, Madrid se redujo a su casa de Vellingtonia y a su cama, desde donde, entre enfermedad, exilio y fina aristocracia, ejerció magisterio en varias generaciones de poetas hasta su muerte. "Soy un malagueño que nació en Sevilla o un sevillano que se crió en Málaga, nunca me he sentido castellano, sino andaluz y Mediterráneo", dijo el poeta. Sin embargo, hasta la fecha los homenajes andaluces a Aleixandre -un congreso en Sevilla, otro en Málaga y este libro- no han tenido la cualidad de superar las barreras provinciales. La edición, que ha corrido a cargo como así ha sucedido en la última época de la revista, del pintor y escritor Lorenzo Saval y el editor Miguel Gómez, es en cierto modo una revisión aumentada y corregida del número que ya dedicara Litoral al premio Nobel de Literatura en 1977, cuatro años después del galardón. En esta ocasión, en la edición de Litoral se incluyen poemas, cartas, textos o dibujos de homenaje de Jorge Guillén, Cernuda, Bergamín, José Luis Cano, Manuel Ángeles Ortiz y de una gran representación de poetas y pintores afincados en Málaga: Pablo García Baena, Pérez Estrada, Manuel Alcántara, María Victoria Atencia, Antonio Jiménez Millán, Mesa Toré, Álvaro García, Aurora Luque, Rafael Inglada, Alfredo Taján, Curro Fortuny, Enrique Brinkmann, Lindell, Dámaso Ruano, Sebastián Navas, Saval, Felipe Orlando o Díazdel. El volumen lo completan una breve antología de Aleixandre, las apariciones que hizo en Litoral entre los años 1968 y 1981 y tres estudios críticos a cargo de Gabrielle Morelli, de José Olivio Jiménez y del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, el popular Antonio Garrido, que es también catedrático en la Universidad de Málaga.