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VIOLENCIA EN EL DEPORTE

La policía busca al asesino entre neonazis

Las investigaciones por la muerte de Aitor se centran en un grupúsculo 'ultra' del Frente Atlético

La investigación por el crimen de Aitor Zabaleta, de 28 años, se ha centrado en un grupúsculo neonazi, escindido del Frente Atlético. A esta célula ultra, conocida como Bastión e integrada por una treintena de cabezas rapadas, se dirigen los pasos de los investigadores, que anticipan la llegada de nuevas detenciones. "Tenemos la convicción de que antes de 48 horas habremos logrado aclarar el crimen", dijo anoche un mando policial. Pese a esta palabras, fuentes cercanas al caso señalaron que se carecen de indicios que demuestren la implicación directa de los tres jóvenes arrestados tras la muerte del aficionado de la Real Sociedad el martes pasado.Los tres detenidos pasan hoy a disposición judicial. Dos de ellos son I.B., de 25 años, y C.B., alias Karl, de 26. Este último resultó herido el 11 junio de 1993 de una puñalada por un grupo de ultrasur en un bar del paseo de los Melancólicos. Sufrió una herida en el costado izquierdo. En su historial constan al menos dos detenciones, en 1988 y 1990.

Fuentes de la familia de Karl negaron la implicación de éste en el crimen. Señalaron que durante la instrucción del caso ha quedado demostrado que el joven se encontraba a esa hora junto con su amigo I.B. en el centro comercial Parque Sur de Leganés comprando un chaquetón. "Además de la factura, hay cinco testigos que lo corroboran, entre ellos el encargado de la tienda que se acuerda que se rompió el brazo de un maniquí al probarse la prenda", indicó un familiar.

Los datos obtenidos por los agentes tampoco han permitido obtener un cuadro completo de los hechos, ni resolver la autoría de la muerte de Aitor. Aunque los agentes sospechan que entre los detenidos puede haber alguno relacionado con el homicidio,la falta de una confesión y de pruebas de peso mantienen las incógnitas. "Ahora hay que probar", la relación de los detenidos con el crimen, y "a la vez, posiblemente, detener a más gente", avanzó el director general de la Policía, Juan Cotino.

Las pistas que condujeron hasta estos sospechosos surgieron el mismo día del crimen, ocurrido el martes a las 18.30, cuando Aitor y su novia Verónica Olivares se acercaron al bar Alegre, cerca del estadio Vicente Calderón, donde esa tarde se enfrentaban el Atlético de Madrid y la Real Sociedad. Un grupo de cabezas rapadas insultó a la novia de Aitor y le intentó quitar una bufanda con los colores de su equipo. Poco después, la pareja fue increpada por otro grupo de seguidores atléticos. En esta ocasión, el joven recibió un navajazo limpio, que alcanzó el pulmón derecho y seccionó la artería mamaria. Aitor murió ocho horas después.

Tras la agresión, se registraron diferentes peleas en los alrededores del Vicente Calderón. La Unidad de Intervención Policial (antidisturbios) actuó ante una de estas reyertas y detuvo a un joven por resistencia y atentado a la autoridad. El arrestado fue llevado al Juzgado de Instrucción número 45, donde al prestar declaración citó, como testigos de los hechos, a dos amigos suyos. Eran I.B. y Karl. La policía, guiada por los antecedentes de estos jóvenes y por su relación con la hinchada atlética, les detuvo el jueves y les puso a disposición de la titular del Juzgado de Instrucción número 40, que tramita el sumario del crimen. Los registros resultaron infructuosos, los jóvenes negaron los hechos, y ayer mismo el detenido que mencionó sus nombres se retractó. "Dijo que los nombró para buscarse testigos de cara al juicio", señaló un familiar de Karl.

La vinculación de los ultras atléticos con el asesinato se ha convertido ahora en el principal hilo conductor de las pesquisas. En el punto de mira se encuentra el grupúsculo Bastión, formado por cabezas rapadas, con indumentaria militar y antecedentes por delitos comunes. Sus movimientos fueron detectados por la dirección del Atlético de Madrid, que recogió sus nombres y se los facilitó a la policía.

"Es un grupo muy oscuro, con gente en la cárcel. Hay filmaciones de ellos en el estadio de Anoeta (San Sebastián). Llevan cruces gamadas y van con el brazo en alto. A nuestro juicio son neonazis infiltrados en el Atlético de Madrid", señaló el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que se ha personado como acusación popular en la causa abierta por la muerte de Aitor. "Hemos presentado una querella por asesinato y también por asociación ilícita", añadió Ibarra.

El estadio Vicente Calderón amaneció ayer cubierto de pintadas contra el presidente de la entidad ("Gil asesino" o "Gil fascista", decían). En otras se leía: "Libertad Egin", "Jarrai", "Donosti venganza" e "Ynestrillas te mataremos". Estas amenazas, así como la posibilidad de que este domingo se registren enfrentamientos con motivo del partido entre el Real Madrid y la Real Sociedad, llevaron ayer a los responsables policiales a mantener una reunión para preparar un dispositivo especial de seguridad.

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