El Rayo se queda a medias
El líder, Numancia, aguantó el empuje vallecano y sigue invicto
Invicto llegó el Numancia a Vallecas e invicto se fue de allí. Y con la cabeza alta. Aguantó las embestidas del Rayo, un equipo que se sabe grande y que hizo lo imposible por ganar el partido durante la segunda mitad. El orden y la disposición táctica del Numancia le permitieron salir indemne de un partido que fue suyo mientras se sintió dueño del balón. Pero tras el descanso, el Rayo le dejó sin luz, le birló la pelota y le empujó a la cueva, a las cercanías de Diezma, donde se sintió incómodo, poco acostumbrado como está a sufrir.El Numancia juega de memoria. Cuando dicta el sentido del juego apenas pestañea. Así lo hizo en el primer periodo, mientras el Rayo iba de acá para allá, sin criterio, con el acelerador a tope y la imaginación castigada, limitándose a contemplar cómo Pineda se inventaba túneles, taconazos, pases inverosímiles. Detalles en los que es el número uno, quizá porque le salen del alma. Pero detalles, en fin, que no pasan de ser el equipaje de un viaje a ninguna parte.
RAYO VALLECANO 1
NUMANCIA 1Rayo Vallecano: Lopetegui; Estíbariz, Muñiz, Hernández, Alcázar (Van den Bergh, m.46); Pablo Lago, Pablo Sanz, Pineda (Tiago, m.72), Llorens; Vergara e Iván Rosado (Lujambio, m.55). Numancia: Diezma; Moisés, Cortijo, Uribarri; Ángel; Óscar, Castaño (Pablo, m.67), Caco Morán, Octavio; Iñaki (Ángel Luis, m.54) y Javi Moreno (Artigas, m.63). Goles: 0-1. M.29. Falta que lanza Uribarri y que cabecea desde cerca Javi Moreno. 1-1. M.73. Pablo Lago se interna por la derecha y su centro lo empuja en el segundo palo Pablo Sanz. Árbitro: Montesinos Mariano. Amonestó a Llorens, Hernández, Pablo Sanz, Diezma, Octavio, Ángel, Moisés, Iñaki y Ángel Luis. Cerca de 10.000 espectadores en el estadio de Vallecas.
No apabulló el Numancia al Rayo, al que sin embargo supo despersonalizar, imponiendo el toque y una visión táctica que ningún equipo de la categoría posee. Pero marcó su gol casi por accidente, en uno de los pocos despistes defensivos del Rayo, con Javi Moreno asomándose al área chica y sintiéndose en el paraíso.
El Rayo manejaba el guión equivocado. O impedía que el Numancia pensara o se convertiría en el invitado de la enésima fiesta soriana. Debía adelantar líneas y presionar. Eso hizo, con Pablo Sanz persiguiendo algo más que sombras en el mediocampo. Del descanso volvió el Rayo enfurecido. Iván Rosado no vio puerta en dos ocasiones clarísimas, y tampoco Pineda en la tercera. Fue todo un ejercicio de falta de puntería en tiempo récord: quince minutos.
Tardó el Rayo en encontrar el gol. Lo hizo cuando Pablo Lago levantó la cabeza. Su tocayo Sanz fusiló en el segundo palo y el cuadro vallecano se sintió ganador. Siguió achuchando, pero el Numancia cerró filas y aguantó un empate que le permite seguir haciendo historia. El Rayo pudo evitarlo pero se quedó a medias, algo que dejará de ocurrirle cuando encuentre a alguien capaz de mandar la bola dentro, lo que nunca está de más.
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