Zaplana rehuye la polémica sobre Farnós y opta por atacar a la oposición

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, tuvo que deslegitimar en bloque a la oposición para restar credibilidad a sus acusaciones sobre la actuación del Consell en la consecución de una modificación urbanística en Benicàssim que beneficia directamente al consejero de Sanidad, Joaquín Farnós. En un debate agrio, que los populares intentaron reducir al mínimo, Zaplana ni siquiera mencionó la existencia de dos escritos firmados por el consejero de Economía y el subdelegado del Gobierno de Castellón comprometiendo inversiones para lograr la modificación urbanística.

Para Zaplana todo el "escándalo" al que se refiere la oposición está montado sobre el derecho de un ciudadano (Farnós) a recurrir ante los tribunales una planificación urbanística y ganar el pleito. El presidente de la Generalitat obvió la existencia de un recurso ante el Tribunal Supremo por parte del Ayuntamiento de Benicàssim contra el fallo que da la razón parcialmente a Farnós. Tampoco mencionó la existencia de los escritos con membrete oficial de su consejero y del subdelegado del Gobierno, ni otros aspectos relacionados con la modificación del planeamiento urbanístico de Benicàssim que benefician al consejero Farnós. Eduardo Zaplana negó las mayores y se dedicó a criticar a la oposición por no preguntar por cuestiones importantes como el AVE o los fondos estructurales de la Unión Europea. Además, acusó a socialistas y EU de coordinarse para repreguntar sobre la misma cuestión e intentó convertir en centro del debate unas supuestas irregularidades del alcalde socialista de Pilar de la Horadad. La oposición no bajó el pistón y reiteró sus acusaciones de que el Consell había "sindicado intereses" para beneficiar a Farnós. La portavoz de EU, Glòria Marcos, pidió las dimisiones de los responsables de Economía y Sanidad e hizo responsable al propio Zaplana. PÁGINA 3