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Retrato de Doñana, un paraíso herido

Voz en off: "Es una agresión a algo tan intocable como los símbolos". Imagen de un ardiente ocaso. Un quejido flamenco; canta El Cabrero: "Siempre en la misma piedra tropieza el hombre mil veces". Fundido en negro. Así termina el documental Doñana, memoria de un desastre, dirigido por Javier Corcuera y producido por uno de los grandes del cine, Elías Querejeta, que emite hoy (23.31) Canal +, dentro del espacio El ojo de la cámara.A lo largo de 45 minutos, el programa (producto de 7 meses de rodaje y 50 horas de grabación) explica los efectos sobre el medio ambiente y la actividad agrícola y pesquera de la rotura de la presa de las minas de Aznalcóllar el pasado 25 de abril. Una avalancha de millones de metros cúbicos de lodos y aguas tóxicas -con dosis de arsénico, hierro, plomo, zinc y cadmio- se precipitó por el cauce del Guadiamar hacia el parque nacional de Doñana, patrimonio de la humanidad y, para muchos, el espacio natural más valioso del continente europeo.

Por su preciso tono periodístico, que busca permanentemente contrastar opiniones, este documental representa algo así como un preciso levantamiento de acta, de notificación ante notario, sobre una catástrofe ambiental y económica que acaparó grandes titulares en la prensa europea. El gran acierto de Memoria de un desastre es hacer hueco a muchas voces: pescadores, agricultores, vecinos de la zona, ecologistas de la organización CEPA, los representantes de la dirección del parque nacional y de la estación biológica de Doñana (dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), geólogos, biólogos, ornitólogos, trabajadores de la mina y un portavoz de la empresa sueca responsable, Boliden, y autoridades -aunque, acertadamente, sin cargar las tintas en ellas- como la ministra Isabel Tocino y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.

Para dar paso a cada tramo de estricto periodismo, el director, Javier Corcuera, ha optado por transiciones emotivas, con cantes flamencos e imágenes artísticas, donde contrastan las tierras baldías con la luz insuperable de ese paraíso acorralado, Doñana, universo de dunas, marismas y bosque mediterráneo, entre dos mares y dos continentes, que por estas fechas se va llenando con decenas de miles de ánsares llegados del norte de Europa.

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