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Para antes de Navidad

Interpretar la calma brumosa que se cierne sobre ese no coronado último tramo de la entronización de la AVL como el vacío soñado por la legión de detractores que ahora mismo se felicitan por la misión cumplida sería regalar una victoria gratis a cuenta de la pobre lengua, que espera. El desbloqueo de las negociaciones es lógicamente una consecuencia del camino recorrido hasta hoy y la prueba definitiva de que las dificultades que se asumieron desde un principio han de tener un obligado remate. Parece argumento apresurado mantener que, por una parte, se habría cumplido con el compromiso al poder esgrimir el texto de una ley (PP), o que, por otra, se habría llegado al límite en cesiones (PSPV-PSOE), para justificar la dilación que conduce directamente la AVL al trastero, pues el dato más fehaciente del momento sería la frustración de quienes apostamos honestamente por la iniciativa gubernamental, debidamente secundada por el primer partido de la oposición, una iniciativa que a juicio de encuestas publicadas era saludada por una abrumadora mayoría de los electores de todos los partidos significativos en esta Comunidad. Retomo, pues, las últimas sugerencias del presidente Zaplana donde aseguraba que antes de las Navidades la AVL estaría lista para funcionar, y me dirijo con el sólo título de usuario leal de esa lengua a los artífices políticos de la ley que crea la AVL, es decir, al presidente y al líder socialista, Romero, con el propósito de enumerar, ahora que los agoreros andan en otros asuntos, siete propuestas a servir en la mesa de negociación que debería convocarse de inmediato. 1. Negociar mediante intermediarios puso de manifiesto que la negociación debería llevarse directamente entre los máximos responsables del acuerdo histórico, sin perjuicio de que fijados los términos y líneas de trabajo, se encomendase a competentes negociadores institucionales los detalles técnicos sobre los curricula de los candidatos a la AVL. 2. La provisión de los miembros de la AVL implica el escrupuloso cumplimiento de lo dispuesto por la ley para el perfil de (todos) los académicos. 3. No debería ser motivo de desacuerdo establecer el criterio previo de que ninguno de los miembros a proponer por las partes puede estar en posiciones contrarias al contenido pactado en el dictamen que confeccionó y aprobó mayoritariamente el CVC. 4. Los compromisos sociales y políticos de una parte y de otra hacia actores culturales, profesionales o mediáticos deberían mantenerse en vigor sólo en la medida que quedase a salvo el punto anterior. 5. En todo caso, proceder a pactar como primera provisión un núcleo básico de miembros al que encomendar la organización de la AVL y el diseño de su reglamento de funcionamiento, teniendo en cuenta la necesidad de dotar de prestigio político y de un plus de legitimidad al ulterior trabajo de los académicos más implicados en la normativización del valenciano. 6. Establecer un perfil tipo para la selección de los nombres restantes y someter las propuestas a una crítica objetiva de una comisión formada por miembros del CVC, de entre aquellos cuyo voto al dictamen fue positivo y cuyo trabajo en la confección del texto aprobado no se limitó al voto. Y 7. Asumir el compromiso de trasladar a los grupos parlamentarios respectivos la lista resultante para su sanción en las Cortes Valencianas. Y antes de Navidad, claro.

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