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LA APUESTA POR UN MADRID SUBTERRÁNEO

Dos políticas distintas de transporte para un solo partido

Si existe un encargado de coordinar los distintos programas electorales del Partido Popular, se puede volver loco. Conseguirá la enajenación mental transitoria si intenta encajar en la misma filosofía política los planes del alcalde de Madrid y del presidente regional para resolver los problemas del tráfico y del transporte en la capital.A los dos dirigentes populares les une una obsesión: sus planes de transporte miran al subsuelo. Pero les separa un mundo: mientras el más veterano, José María Álvarez del Manzano, quiere kilómetros de túneles para los coches privados; el neófito Ruiz-Gallardón desea kilómetros de túneles para el transporte público.

Mientras el alcalde promete acercar los coches al centro de la capital sin atascos y en seis minutos, el presidente promete alejar los coches del centro llevando una red de metro rápida y confortable a las cinco localidades más pobladas del sur de Madrid.

Mientras Álvarez del Manzano propone soluciones caras para evitar los atascos (el túnel de peaje más el aparcamiento en el centro puede salir por un mínimo de 500 pesetas); Ruiz-Gallardón promueve un gasto módico para moverse por el centro de la ciudad (un viaje en metrobús sale por 67 pesetas).

Mientras el alcalde confía en la iniciativa privada para sus planes subterráneos, Alberto Ruiz-Gallardón se aferra a los presupuestos públicos para sus proyectos de ampliación de Metro.

Mientras el alcalde saca cada año menos dinero de la hacienda municipal para transporte público -el Ayuntamiento de Madrid ha reducido en los últimos ejercicios su aportación al Consorcio de Regional de Transportes-, el presidente autonómico se endeuda cada año más para acabar su obra de ampliación del suburbano.

Mientras que el alcalde favorece a los que viajan sólos o escasamente acompañados, el presidente prima a los que viajan en transporte colectivo.

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Críticas de la izquierda

Mientras que la izquierda crítica con dureza la política del alcalde y le recrimina su afán de topo, la misma izquierda esquiva como puede la ampliación de metro emprendida por Ruiz-Gallardón, y cuando no puede esquivar, apoya el trabajo.Mientras que el alcalde dice que, contra el atasco, no se pueden estar parados y traza más túneles; el presidente aclara que la prioridad de su Gobierno es fomentar el transporte público, porque fomentar el privado no es solución para el futuro.

Lo dicho: todo un reto para el coordinador de programas electorales del PP.

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