España y Francia pactan una política de firmeza sin concesiones frente a ETA

España y Francia han pactado una política de firmeza, sin concesiones, frente a ETA, de la que se sigue esperando un anuncio formal de su voluntad de abandonar la violencia. "Seguimos esperando", afirmó José María Aznar en presencia del presidente francés, Jacques Chirac, y del primer ministro Lionel Jospin, en la cumbre hispano-francesa que concluyó ayer en La Rochelle, en la costa atlántica francesa. Los dos últimos dejaron claro que continuarán con las expulsiones y extradiciones de etarras, sin bajar la guardia ante un eventual regreso a la actividad de los terroristas.

Lejos de contemplar la menor concesión política, ambos Gobiernos ni siquiera abordaron en sus conversaciones el tema de los presos de ETA, según confirmó el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. La sintonía entre Madrid y París es total en el plano antiterrorista. Ambos Gobiernos comparten el mismo diagnóstico sobre las causas del cese de la violencia etarra y de los pasos que hay que dar para que esta situación se convierta en definitiva. Tanto Chirac como Jospin adoptaron, en este tema, una posición prudente, ya que consideran que es "un problema español, sólo español y que será dominado por el Gobierno español".El primer ministro francés dijo que su Gobierno se limitará a "acompañar, con atención y amistad" las iniciativas que vaya tomando el Gobierno español. La actitud de París de mantenerse lo más alejado posible del problema político vasco se puso de manifiesto ante la pregunta de si es posible la creación de un departamento vasco en Francia. Chirac le pasó la pregunta a Jospin y éste se la devolvió indicando que era un asunto a discutir entre el presidente de la República y él. Chirac ni siquiera se dignó responder. "Otra pregunta", señaló con cierto aire desdeñoso.

Aznar dejó entrever su desconfianza ante el silencio de ETA al ser preguntado por la toma de posesión como parlamentario vasco de José María Urruticoetxea, conocido por Josu Ternera, considerado por la policía como uno de los jefes de la banda terrorista. "Siempre es mejor que se tome un escaño en un parlamento que tomar una pistola para usarla. El problema es que alguien tenga la intención de compatibilizarlas", afirmó Aznar.

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja señaló, por su parte que el "Estado de derecho no está en tregua, ni de vacaciones" y consideró "leal" la actuación del juez Baltasar Garzón, que en un auto declaró ilegal la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS) y procesó a 26 personas en el caso Egin.

Sobre la posible mediación de la Iglesia católica, y concretamente del obispo José María Setién, Mayor Oreja señaló que lo que le corresponde a la Iglesia en los próximos años, décadas incluso, es ejercer un gran papel de reconciliación y perdón entre los vascos. Y del obispo de San Sebastián agradeció de antemano sus oraciones por el éxito del proceso de paz.

El Gobierno sigue esperando una respuesta de ETA a su voluntad de mantener contactos directos. "El Gobierno no va a dar más pasos", afirmó rotundo el ministro, quien recordó que no hay sitio para mediadores nacionales, y menos internacionales.

En medios políticos gubernamentales se sigue con atención las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno vasco, que se cree acabará siendo exclusivamente nacionalista. "Cuando se ha llegado a compromisos con ETA tal vez sea mejor que afloren a la vida política, y puedan ser conocidos por todos", señaló un miembro de la delegación gubernamental.

[En el Congreso de Nuevas Generaciones, el vicepresidente Rodrigo Rato calificó el resultado de la cumbre de La Rochelle de "importante respaldo político en la lucha contra el terrorismo"]

La Agenda 2000

El otro gran tema de la cumbre ha sido la agenda europea, que se ha dinamizado con la decisión del nuevo canciller alemán, Gerhard Schröder, de cerrar la llamada Agenda 2.000 en el primer semestre del próximo año bajo presidencia alemana. Ante este calendario, que ambos Gobiernos aceptan, acordaron constituir una comisión bilateral de trabajo para alcanzar posiciones comunes en los temas más delicados de la citada agenda, que determinará los presupuestos de la UE para el sexenio 2.000-2.006 y el proceso de ampliación.París y Madrid comparten el criterio de que el nivel de gasto debe estabilizarse y ambos se oponen a renacionalizar la Política Agrícola Común (PAC), como quieren los alemanes. Aznar dejó claro que España defenderá encarnizadamente el mantenimiento de los Fondos de Cohesión y de los Fondos Estructurales, aunque está dispuesta a poner sobre la mesa todos los temas a fin de alcanzar un consenso necesario.

El ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, y su homólogo francés, el titular de Transportes, Jean Claude Gayssot, se comprometieron a cumplir con el calendario previsto para la puesta en marcha en el 2.004 del Tren de Alta Velocidad entre Figueres y Perpignan. A las autoridades españolas les corresponde cubrir el tramo Barcelona-Figueres, con lo que la capital catalana quedaría finalmente enlazada con la red francesa y europea de alta velocidad.