Los árbitros planean presiones para ganar más
Los árbitros de Primera y Segunda División reconocieron ayer, en la asamblea que celebraron en la federación, que están muy mal pagados. "Vamos a trabajar para ganar más", aseguró uno de los colegiados asistentes a la reunión al concluir la misma. Cada uno de los 22 árbitros de Primera División cobran en la actualidad un fijo de dos millones de pesetas brutas anuales, repartidas en 10 mensualidades, y 165.000 por partido. Un colegiado suele arbitrar dos encuentros por mes.La advertencia de los árbitros fue realizada ante su presidente, Victoriano Sánchez Arminio, y el de la federación, Ángel María Villar, quienes comparten la teoría de sus subordinados. Los árbitros quieren que se les suba el "sueldo" ya a partir de la próxima temporada. Pero también son conscientes de la dificultad que existe para alcanzar ese objetivo. El dinero que reciben sale de las arcas de la Liga Profesional y su cifra, unos 615 millones de pesetas por temporada, está estipulada en un convenio que no finaliza hasta el año 2000.
"Vamos a ver si el convenio se puede romper o no", explicó un dirigente arbitral y que da idea de las intenciones de los colegiados. Los árbitros no concretaron ayer las cantidades a las que pretenden aumentar sus ingresos.
Comisión de trabajo
Este capítulo, por otro lado, incide sobre todo a la hora de tratar la profesionalidad de los colegiados, a la que tiende el "Arbitraje del siglo XXI". Con el objetivo de elaborar un proyecto sobre este asunto, los árbitros acordaron crear una comisión de trabajo, integrada por los colegiados Carmona Méndez, Esquinas Torres, Brito Arceo, García Aranda, Iturralde González, Tresaco Gracia y Moreno Delgado.El presidente de la federación, tras finalizar la asamblea, se mostró ambiguo sobre la profesionalización de los árbitros. Insistió en que dicha profesionalización no presupone una relación laboral, con todas sus consecuencias, con la federación de la que dependen institucionalmente. Los dirigentes federativos se resisten a asumir cualquier relación laboral en los árbitros. Mantienen la teoría de que la función arbitral es una prestación de servicios. Así lo reconocen además sentencias de la justicia ordinaria a las que recurrieron dos colegiados: Panadero Martínez y Hernán Angulo, quienes denunciaron a la federación al ser descendidos de categoría.
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