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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Educación en valores

He leído con detenimiento e interés las páginas que le han dedicado a las transversales en la edición del pasado 10 de noviembre en su periódico. No puedo estar más de acuerdo con la concepción de que educar no es sólo transmitir conocimientos y que los centros de enseñanza no son fríos transmisores de cargas de información académica. Yo enseño desde hace unos años, cinco en la pública, y siempre he tenido claro cuál es mi papel. Soy profesor de secundaria, licenciado por tanto, pero estudié anteriormente magisterio; por tanto, aprendí a enseñar. Pero yo aprendo cada año de mis errores, de mis aciertos y de mis alumnos. Es cierto que hay un cierto grado de ansiedad entre el profesorado, pero también es cierto que hay un gran entusiasmo y que es ese entusiasmo el que, con fallos y aciertos, está sacando a la enseñanza pública adelante. La gran mayoría de mis compañeros se enfrenta cada día al reto que supone educar con ganas de hacerlo bien, buscando caminos para conseguir los objetivos planteados; por supuesto, teniendo muy claros unos valores que en la actual ley de educación se pueden encontrar como transversales. Pero no hay que pensar que esto es la solución para "moldear ciudadanos perfectos". Hay valores que es imprescindible sean inculcados en la familia y la sociedad como tal.Se puede y se debe enseñar educación vial en el aula, pero ¿dónde queda eso cuando, en el caso de niños y niñas, el progenitor de turno cruza de la forma más temeraria e irresponsable por cualquier sitio (todos lo podemos ver todos los días) o vocifera o no respeta las señales sistemáticamente cuando conduce delante de sus hijos? La mayoría de los valores cívicos se aprenden por imitación desde muy temprano, y si bien la escuela y el instituto tienen corresponsabilidad en su transmisión y los profesores somos corresponsables conscientes de esta misión, la familia no puede delegar y desentenderse de su parte de responsabilidad y el ministerio debe dar más muestras que las meras buenas palabras que el señor Nasarre transmite en una parte del artículo.-

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