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FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

Los goles maquillan la crisis del Barça

Los de Van Gaal se deshacen con facilidad de un Tenerife que llegó manso al Camp Nou

Ramon Besa

A falta de ideología, se imponen resultados y se exigen gestos, y el Barça estuvo ayer generoso con sus avaladores. La goleada y la clasificación le eximirán de tener que dar explicaciones mientras aguarda el próximo partido. El grupo azulgrana cortó una dinámica perdedora que tenía muy mala pinta, retomó el hilo del encuentro de la Real y pasó al Madrid en la tabla, así que la cháchara se trasladará esta semana a Chamartín.Para debate de la hinchada y crítica barcelonista, mientras, queda un partido ya muy visto, y que, por tanto, como en las ocasiones precedentes no llevó a ninguna parte: desde hace tiempo, al Barça le sobran futbolistas para decidir y, al tiempo, le falta equipo para sobrevivir. Le alcanzaron ayer las apariciones de Kluivert, el sentido de gol de Cocu y el poder intimidador de Rivaldo. Una vez pisa área, el gatillo azulgrana es por norma incontenible. De nada le sirvió al Tenerife su trabajo de equipo. Lastrado por las bajas, falto de jugadores capaces de cambiar el curso del partido y de carácter frágil, el colectivo de Lillo resultó un rival muy manso. Los goles del Barça le rompieron el discurso cuando tenía la palabra.

BARCELONA 4

TENERIFE 1Barcelona: Hesp; Celades, Abelardo (Okunowo, m.45), Reiziger, Sergi; Giovanni (Zenden, m.60), Xavi, Cocu; Figo, Kluivert y Rivaldo (Anderson, m.87). Tenerife: Unzué; Dani, Mata, Alexis, Andre Luiz; Pablo Paz; Slovak, Emerson, Robaina (Marcelino, m.83); Domingos y Makaay. Goles: 1-0. M. 14. Xavi profundiza desde la línea de medios hacia Cocu, el holandés no acierta en el control de la pelota, pero su toque de derecha, a bote pronto, sorprende a Unzué en su media salida. 1-1. M.45. Rivaldo pierde una pelota que acaba a pies de Robaina, el medio profundiza desde la divisoria para Makaay, que gana la espalda a Celades y Abelardo y remata cruzado desde la izquierda. 2-1. M. 63: Rivaldo bota un córner desde la izquierda, Reiziger cabecea y Cocu remacha a gol también con la cabeza. 3-1. M.84. Rivaldo profundiza para Kluivert, el holandés penetra hasta el primer palo, se cambia la pelota de pie ante Unzué y su asistencia al segundo palo con la izquierda la culmina Rivaldo. 4-1. M.90. Kluivert coge a la defensa a contrapelo, profundiza y, tras entrar en el área, cede a Anderson, que remata con la zurda a gol. Árbitro: Juan Ansuategui Roca. Mostró la tarjeta amarilla a Emerson y Pablo Paz. Unos 75.000 espectadores en el Camp Nou.

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El Tenerife aguantó una hora, el tiempo en que duró el circo del Barça. Ora aparecía Rivaldo con una rabona; luego a Giovanni le daba por probar un caño; más tarde Figo retaba a Andre Luiz a la carrera; y a deshora Kluivert tiraba una y otra pared con el primer centrocampista que le venía de cara. El delantero centro, muy solidario en el arranque, deseoso de ofrecerse a Xavi en cada salida de pelota desde atrás, acabó por contagiarse de tanto sobo y egoísmo. El gol de Cocu fue simplemente un churro, nada que ver con el remate de Makaay que supuso el empate, parido por Robaina.

La faena del entrenador

Van Gaal no dijo nada hasta que afloraron los pañuelos en el estadio. Insensible al dolor de la hinchada, la faena de Van Gaal consiste siempre en poner la alineación en función de los errores del encuentro anterior. Más que corregir o modelar, el entrenador sustituye, convencido como está de que el éxito de su trabajo está a expensas solamente de sus intérpretes. Falló Pellegrino en Oviedo y, consecuentemente, le sustituyó ayer por Reiziger en una triste simplificación de los males del equipo, falta de pasión.Visto que no respondía el colectivo a su propuesta y que el Camp Nou se hinchaba de mala leche, optó Van Gaal por cambiar el paisaje de la cancha. Retiró el holandés a Giovanni, puso a Zenden para que abriera el campo por la banda y dejó que Rivaldo maniobrara como media punta. La racionalidad del técnico sirvió para acomodar al menos a las individualidades y, jugando a gusto Rivaldo y también Kluivert, más acompañado, llegaron los gestos técnicos, pero esta vez acompañados de goles, el mejor sedante tras una semana muy convulsionada. A falta de juego, hay que remitirse a los puntos y a los rivales. Queda el Madrid atrás, y el Celta gusta pero no espanta.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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