Hiddink se rinde ante Víctor Fernández
El técnico madridista, a diferencia del presidente, no habla de mala suerte, sino de superioridad rival
"¡Qué mala suerte!", se quejaba el presidente del Madrid, Lorenzo Sanz, tras presenciar la derrota de su equipo. "Si hubiera entrado el penalti de Suker seguro que habríamos ganado, porque en la segunda parte nos los hemos comido; perdimos el partido en algunas jugadas fortuitas...", continuó el lamento del presidente. Sanz intentó elevar los ánimos lanzando mensajes de armonía en un intento político por serenar las aguas de un club que en los próximos quince días se jugará su futuro en la Liga de Campeones y la Copa Intercontinental. En cambio, su técnico, Guus Hiddink, no pudo escapar a su naturaleza sincera. El holandés apareció más abrumado que nunca. No tenía palabras. ¿Qué decir del partido? Bajó la cabeza ante la pregunta, como intentando reflexionar para salir de la confusión. Por un momento, se quedó mudo. Luego soltó: "Hay que felicitar al Celta, es un equipazo".Fernando Morientes, que no salió de la ducha con pinta de angustiado ante su falta de acierto goleador, reconoció lo mismo que su técnico con una media sonrisa: "El que nos ha ganado es el equipo que mejor juega en la Liga española". Hiddink, ante las cámaras, ni elogiaba el trabajo de Guti, ni se escudaba en posibles penaltis no sancionados, ni hablaba de maldición por la máxima pena fallada. Hiddink sólo lanzaba flores a su colega adversario: "Hay que felicitar a Víctor".
Y Víctor Fernández, el entrenador del Celta, no escatimó la oportunidad para asumir su posición ganadora: "Hemos demostrado que lo nuestro va en serio. El Madrid ha puesto todo lo que ha tenido, pero no ha podido contra un equipo con mayor solvencia. Porque se puede ganar de dos maneras: aprovechar los errores del contrario o salir a ganar, y nosotros hemos salido a ganar este partido". Hiddink admitió que su equipo jugó peor que el contrario: "No puedo ocultar la realidad de que hemos sido, en conjunto, inferiores al Celta". Luego, el holandés habló de ocasiones: "Tuvimos muchas, pero no sé qué nos pasa cuando jugamos aquí en el Bernabéu. No entran los balones".
Morientes no encontraba explicaciones a su sequía goleadora: "No entra, no entra y no sé qué me pasa". No acertaba con más argumentos. Clarence Seedorf apelaba a explicaciones más peregrinas todavía: "Era como si al balón lo manejaran a control remoto para que saliera todo mal, para que nunca conectáramos los pases y, además, el césped estaba mal".
Faltas a Savio
Nadie habló tampoco del único lunar que dejó el Celta en el partido: la dureza que empleó para frenar a Savio. En eso sí que no fue una excepción, se comportó como el resto de equipos: cometío ocho sobre el brasileño en la primera parte y cuatro en el segundo. Savio sigue siendo el futbolista más zancadilleado de la Liga.
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