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Un implicado en la red de pederastas de Alcalá ya estuvo preso por abusar de niños

Una de las personas implicadas en la supuesta red de pederastas destapada hace dos meses en Alcalá de Henares (en la que un juez investiga abusos sexuales sobre una veintena de niños) había estado con anterioridad en la cárcel de Soto del Real por delitos de corrupción de menores.

Y, además, en este momento tiene pendiente un juicio en la Audiencia Provincial de Madrid bajo la acusación de haber abusado de otros cuatro menores, hecho por el que el fiscal le pide cuatro años de cárcel.

El supuesto implicado en estos delitos es J. L. M., de 58 años. El fiscal le acusa de abusar de cuatro niños a los que captó en los juegos recreativos del centro comercial de La Vaguada (Madrid) entre septiembre y diciembre de 1997.

Las diligencias por abusar de estos menores las abrió el Juzgado de Instrucción 2 de Coslada, y son distintas de las que desarrolla el de Instrucción 5 de Alcalá, de mayor calado en cuanto al número de niños afectados por los supuestos abusos.

Junto a J. L. M., el juzgado de Coslada también procesó a su compiche de supuestas fechorías sexuales, M. G. M., de 52 años. Para este segundo acusado, que también tendrá que sentarse en el banquillo, el fiscal pide dos años de prisión. PASA A LA PÁGINA 4

"Tratamiento psicológico"

El fiscal pide seis años para dos hombres que abusaban de niños mientras les enseñaban a conducir en descampados

Al mejor conductor le daban "un premio", que oscilaba entre "100 y 500 pesetas". Durante los trayectos hasta los descampados, los menores también sufrían tocamientos. Una vez satisfechos, les dejaban en Madrid y quedaban otro día para repetir los juegos. "Se veían los sábados, domingos y martes", asegura la acusación pública.Una familiar de J. L. M. explicó ayer que comprendía el dolor de las familias de los menores, y se quejó de que su familiar, el acusado, no hubiese recibido un tratamiento psicológico adecuado tras salir de prisión. "Es una persona que sufre fuertes depresiones; la familia ha hecho todo lo posible por ayudarle, pero no tenemos la culpa de lo que ha hecho", indicó este familiar. Y agregó: "Con sus hijos se ha portado siempre bien y les ha dado una holgura económica. Tiene un grave problema sexual, no sabemos si congénito o fruto de las depresiones, y no entendemos cómo no le impusieron un tratamiento cuando cumplió su pena anterior y salió de la cárcel".

Fuentes próximas a Instituciones Penitenciarias que conocieron a J. L. M. durante su estancia en la prisión de Soto del Real señalaron ayer: "Fue sometido a tratamiento en el centro y, consciente de su peligrosidad, intentamos que este tratamiento prosiguiese en la calle. Él nunca se opuso, pues sufría muchísimo por sus acciones, pero lo cierto es que tenía un problema de homosexualidad que se resistía a reconocer. Quiero recordar", señaló esta fuente, "que en alguna ocasión utilizó a una niña para que, a cambio de dinero, le buscase menores para satisfacer sus instintos sexuales".

El fiscal, en su escrito de acusación, revela que J. L. M. fue condenado en 1994 a una pena de tres años de cárcel y otra de siete años inhabilitación especial por corrupción de menores. Su compinche en este caso también tiene antecedentes penales, pero ya han prescrito. El hecho de que el ministerio público solicite para J. L. M. cuatro años y sólo dos para el compinche, se debe a que el primero "es reincidente".

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