Estudiantes detiene al Fuenlabrada
Pese al arrojo, la constancia y la fe en sus posibilidades, el Fuenlabrada se dejó su condición de invicto en su pabellón ante Estudiantes. Los fuenlabreños no habían perdido ningún partido al abrigo de su afición, pero se acabó lo que se daba. Y se acabó porque en esto del deporte también hay clases. Estudiantes enseñó la suya, que es enorme, cuando la prórroga moría y dejó al descubierto las carencias del Fuenlabrada. Que las tiene.Dentro del catálogo de quejas de Óscar Quintana, técnico del Fuenlabrada, la labor arbitral ocupó ayer un lugar de privilegio. Como excusa le sobra pobreza. Cierto es que en los últimos instantes del partido y de la prórroga hubo de todo en ambas canastas, lo que no tiene nada de novedoso. Y cierto es que resulta extraño que Alfonso Reyes, un jugador que guarda su canasta con admirable ferocidad, no recibió ninguna personal hasta el minuto 39. Pero los argumentos de la derrota fuenlabreña se mueven en otra dirección. No fueron los árbitros los culpables de que, a falta de minuto y medio, con 85-89 en el marcador, Ferrán López fallara un tiro libre; ni que Perasovic mandara al limbo un triple; ni que Huffman cometiera una personal tan antideportiva como descarada. Como tampoco tuvieron la culpa de que en el arreón postrero, Jiménez cometiera una personal sobre Perasovic cuando éste se levantaba más allá de la línea de 6,25. El yugoslavo encestó los dos primeros tiros libres y falló el tercero. Pero ahí apareció Huffman para empujar la pelota y dejar un empate a 92 en el marcador.
FUENLABRADA 100 - ESTUDIANTES 104
Fuenlabrada: Ferrán López (11), Cazorla (10), Perasovic (15), Hill (21), Huffman (23); Guardia (3), González (2), Brabender (8) y Martín (7).Estudiantes: Azofra (7), Jiménez (6), Bárcenas (14), Vandiver (28), Reyes (22); Thompson (11), Martínez (9), De Miguel (7) y Braña (0). Árbitros: Mas, Redondo y Ortega. Unos 5.000 espectadores en el Pabellón Fernando Martín. Se disputó una prórroga, tras finalizar el partido con empate (92-92).
Hasta entonces, el dueño del partido, con exclusividad, había sido el Estudiantes, que cogió aire tras la maldita racha que le perseguía. Manejó diferencias de hasta 12 puntos, con Vandiver disfrazado de verdugo. Trece canastas de 16 intentos logró el americano, con el que Huffman nunca pudo.
Pero el Fuenlabrada apretó los dientes a la orden de su airado técnico. Bárcenas había minimizado a Perasovic, que se quedó en 15 puntos cuando su media supera los 23. Pero el serbio se integró en la lucha en el momento ideal, cuando el Fuenlabrada comenzaba a creer en la remontada.
Llegó éste y llegó la prórroga. A Estudiantes se le podía escapar un partido en el que siempre ejerció de jefe. Su rival buscó machaconamente la personal sobre Reyes, que malvive en la línea de tiros libres, 8 de 15 tiros metió, y ahí se produjo el apretón. Pero al Fuenlabrada le faltó aire en la prórroga. Azofra y Martínez se unieron en el gobierno del juego estudiantil y dejaron en anécdota esos cinco minutos postreros, que no sirvieron más que para comprobar cómo Vandiver hacía y deshacía a su antojo.
En los otros dos partidos jugados ayer se dieron los siguientes resultados: Cáceres, 69; Bruguer Joventut, 83 y Fórum Valladolid, 72; Covirán Granada, 74.
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