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La hepatitis C y los pleitos marcan la gestión de Farnós

El consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, no debe pasar su momento más féliz desde su sorprendente inclusión en el gobierno de Eduardo Zaplana, al que llegó apenas cinco meses después de renunciar al escaño que ocupaba en el parlamento valenciano, entonces, como diputado de UV, por "razones de salud". En apenas 15 días, el médico castellonense ha visto como el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana anulaba una decisión de su departamento -parte del decreto de retribuciones del personal sanitario-, suspendía cautelarmente otra -la retirada de las competencias a los colegios de farmaceúticos sobre la apertura, traslado y horarios de las boticas- y solicitaba información a la UE para resolver el conflicto colectivo planteado por un sindicato que pone en duda la validez del sistema de trabajo imperante en la sanidad valenciana. No obstante, las cuitas de Farnós no acaban ahí. El Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia investiga si el consejero pudo delinquir cuando, desoyendo las órdenes de otro magistrado, difundió las conclusiones del informe epidemiológico realizado sobre el brote de hepatitis C. El caso, probablemente, llegará en breve a la sala de lo civil y penal del TSJ, la única instancia legitimada para procesar a las personas aforadas, condición que afecta a todos los diputados de las Cortes. Además, el consejero insiste en sancionar a varios de los médicos expedientados por no informar a las autoridades sanitarias de su conocimiento del brote en contra de la opinión de los instructores de los expedientes, favorables al archivo, sin castigo alguno, de los expedientes abiertos. El consejero contraataca La oposición ha arremetido en bloque contra la gestión de Farnós, desautorizado de nuevo el pasado jueves por el TSJ, quién aceptó los argumentos de los Colegios de Farmaceúticos de Castellón y Valencia para suspender, de manera cautelar, la retirada de las competencias que estas asociaciones tenían tradicionalmente sobre la apertura, modificación y traslado de oficinas. Farnós, fiel a su costumbre, aseguró ayer que esa decisión del TSJ responde más a una "formalidad" que a una "cuestión de fondo", mientras defiende a capa y espada las sanciones contra varios médicos excupados de cualquier falta por los inspectores. Antes, aseguró que cumplía con su "obligación" a la hora de publicitar el informe sobre la hepatitis y anunció un recurso contra la decisión del alto tribunal que anuló los complementos salariales.

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