"Las personas que han sufrido tienen más intuición para el arte"
Los barrotes de la cárcel de Soto del Real no han logrado acallar la libertad creadora de Arturo Marián Llanos, un pintor nacido en la extinguida Unión Soviética que tuvo que huir de su país cuando tenía 17 años por problemas políticos. Ahora sus cuadros han salido de la oscuridad de la prisión y se exponen en el centro de la capital, en el Círculo de Bellas Artes. Nacido en Chinisay, Moldavia, en 1965, Arturo cumple una condena de nueve años y un día por posesión de drogas. Su caso ha sido recurrido ante el Tribunal Supremo. Su estilo ha ido cambiando desde el arte chamánico mejicano de 1995 al llamado automatismo psíquico bajo el que ahora pinta.Pregunta. ¿Cómo se inició en la pintura?
Respuesta. A una edad muy temprana. Mis padres vieron que tenía talento artístico y con doce años me apuntaron a una escuela de pintura para niños dotados artísticamente. Ahí me enseñaron dibujo clásico y pintura realista. Después, entré en una especie de casa de artes y oficios para aprender pintura. Sólo pude hacer dos de los cuatro años que duraba.
P. ¿Por qué tuvo que huir de la Unión Soviética?
R. El totalitarismo del Partido Comunista hacía imposible que hubiera disidentes en el país. A los 17 años tuve problemas políticos y elegí España para vivir, porque mi madre era española. Desde 1982 vivo aquí.
P. El cambio de país, ¿le influyó en su pintura?
R. La verdad, creo que no. Yo cambio de estilo cada poco tiempo. De hecho, mi obra no tiene una estilística homogénea. Tengo que agradecer la enseñanza soviética que tiene unas bases muy fuertes y que permite cambiar lo que quieras.
P. ¿Ha encontrado dificultad para pintar en la cárcel?
R. No, hay que tener en cuenta que lo que mejor funciona en las prisiones son los talleres. Eso me permite pintar al menos cinco horas todos los días. A mí me parece que es una solución además para todos los problemas que se acumulan en la cárcel.
P. Entonces, ¿recomienda la pintura como terapia?
R. El arte tiene un poder terapéutico muy bueno para la gente. Si la gente cogiera los pinceles no pensaría en drogas o en peleas.
P. ¿Cómo le han recibido en Madrid?
R. Me integré enseguida. Es una ciudad que te engancha desde el principio. Estoy muy a gusto en ella. Eso se demuestra porque, cuando he pasado temporadas fuera, la he echado de menos. Siempre me han tratado muy bien. La gente es muy sencilla y muy humilde, sobre todo, en la cárcel. Las personas que han sufrido tienen mayor intuición para cosas profundas como el arte.
Viento de lo otro. Arturo Marián Llanos. Circulo de Bellas Artes (calle del Marqués de Casa Riera, 2). Hasta el 8 de noviembre. Gratuito.
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