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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Marcelino, pan y vino

1.50 / Drama / La 2España, 1954 (87 minutos). Director: Ladislao Vajda. Intérpretes: Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, José Marco Davo, Fernando Rey.Vajda da la vuelta, como si de un calcetín se tratara, al cine de estampitas y comunión diaria. De repente, el almibarado ternurismo servido a golpe de hisopo se transforma en la mejor excusa para construir una fábula mágica e irónica sobre la siempre extraña relación de la infancia con el desbocado mundo de los sueños. En penumbra, en el limitado espacio de un desván, un niño de voz imposible (de hecho, está doblada) imagina el rostro de su madre fallecida. El tan falto de pan como de vino Crucificado que allí reside es la llave para que el infante alcance sus deseos. Rodada como un largo y cadencioso flash-back, la cinta sigue los pasos de la voz cálida (aquí, Fernando Rey) que merecen todos los cuentos en el duermevela. Basada en un relato de José María Sánchez Silva, la película pronto se convirtió en uno de los éxitos más sonados que ha conocido el cine español. De hecho, la pareja formada por el director y Pablito Calvo volvería a trabajar con similar fortuna en Mi tío Jacinto (1955) y en Un ángel pasó por Brooklyn (1956). En definitiva, un reparto perfecto y una fotografía lechosa cerca de la textura de los propios sueños completan una película medular en la historia del cine español.

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