Los pilotos tildan de "chapuza" la tercera pista por estar mal ubicada

El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) contrarrestó ayer el triunfalismo oficial por la puesta en marcha de la tercera pista con una buena dosis de crítica. El vocal técnico de los aviadores, Juan Carlos Lázaro, no dudó en calificar las nuevas instalaciones de "parche y chapuza al estilo de tantas otras chapuzas que se cometen en este país", y lamentó que el Ministerio de Fomento no hubiera negociado con su colectivo los pormenores técnicos de la operación. El resultado, apuntó, es una pista que no se encuentra en la mejor de las ubicaciones posibles, sobre todo porque las barreras naturales (en particular, la cordillera de Somosierra, en el extremo norte de Madrid) se encuentran más próximas en la nueva que en las dos pistas en funcionamiento.

"Durante los próximos meses", pronosticó Lázaro, "nos vamos a encontrar con la paradoja de que la pista más larga de Europa no sirve para que despeguen con más holgura los aviones más grandes o, como decimos nosotros, para sacar más peso". Según los cálculos que han desarrollado los pilotos, los casi cinco kilómetros que se desplaza al norte la nueva pista respecto a la ya existente implican una "notable penalización topográfica". En otras palabras: determinadas maniobras resultarán más complicadas, siempre a juicio del sindicato de pilotos.

Aterrizajes complejos

Una de esas operaciones que ahora resultará un tanto más compleja es el aterrizaje, aseguró el vocal técnico del Sepla. En concreto, por las características que confluyen en el entorno de la tercera pista, la altura mínima hasta la que podrá hacer descender la nave el comandante durante una aproximación de precisión será "considerablemente más alta" que en las instalaciones hasta ahora disponibles.Así, entre unas cosas y otras, los responsables del Sepla se muestran convencidos de que el Ministerio de Fomento no sacará adelante ninguno de los grandes objetivos que perseguía con esta obra milmillonaria. Por un lado, se lamentó Juan Carlos Lázaro, "no se preservará el medio ambiente, puesto que la huella del ruido es más amplia que antes". Por otro, la tercera pista no servirá para absorber esas 75 operaciones por hora que preconizan las autoridades ministeriales, "porque las simulaciones que se realizan por ordenador dejan mucho que desear". Y es que la pista nueva no se cruza con las antiguas, pero sí se interfiere en una pequeña franja.

Juan José Arroyo, portavoz habitual del Sepla, no se extendió tanto como su compañero en consideraciones técnicas, pero recordó que la tercera pista tiene un problema considerable en los 4,5 kilómetros de rodaje que la separan de la terminal. "Esos 12 o 14 minutos que tardarán los aviones suponen mucho consumo de combustible y de tiempo. O sea, mucho dinero", resumió.