Schumacher rompe y Hakkinen se corona
El alemán remontó desde el último al tercer puesto, pero un reventón le obligó a abandonar, mientras que el finlandés ganó
Mika Hakkinen no dio opción en la última carrera del campeonato y se proclamó ayer en Suzuka campeón mundial de fórmula 1 después de mandar durante las 51 vueltas de las que constó el Gran Premio de Japón. Es el segundo finlandés que inscribe su nombre entre el de los 27 pilotos que han conseguido el título; el primero fue Keke Rosberg en 1982. Su rival, Michael Schumacher, no se resignó en ningún momento. La superestrella del automovilismo mundial forzó su Ferrari hasta el máximo, hasta que se rompió, en una jornada que empezó mal desde el principio para el bólido rojo, el único que podía privar a Hakkinen del título. Éste es el octavo campeonato de la historia que obtiene McLaren, que empata con la escudería italiana.Faltaban 20 vueltas para el final, Hakkinen dominaba desde el principio y Schumacher trataba de rizar el rizo en un espectacular y emocionante remonte desde que fue relegado de la pole position al último lugar de la parrilla de salida.
Ganó Hakkinen, de 30 años, en su octava temporada en la máxima competición del automovilismo mundial. Al margen de los problemas que tuvo el Ferrari de Schumacher, el piloto finlandés no dio opción a un rival al que ya dominaba por cuatro puntos en la clasificación general. Schumacher tenía que ganar y esperar que el finlandés no fuera segundo.
Todo le fue mal al piloto alemán, que tuvo que hacer toda la carrera a remolque de unas circunstancias que se volvieron definitivamente contra él en la vuelta 31, cuando abandonó por un reventón cuando era tercero, a 25 segundos de la posición delantera que ocupaba Hakkinen.
La salida tuvo que repetirse dos veces. En la primera, Jarno Trulli caló el motor de su Prost-Peugeot. En la segunda, fue a Schumacher a quien le sucedió tres cuartos de lo mismo tras un problema electrónico con el cambio de su Ferrari. Los expertos apuntan a que la avería sucedió por el sobrecalentamiento a que fue sometido el Ferrari. Antes del primer intento de arrancada, Schumacher, colocado en la primera posición de la parrilla de salida, debió esperar 47 segundos a que se colocara el último piloto. En la segunda ocasión, hasta que llegó Trulli a su lugar transcurrieron 30 segundos, lo que fue demasiado para el embrague del Ferrari. En virtud del artículo 147 del reglamento deportivo -el piloto que interrumpa el procedimiento de salida deberá tomar ésta desde la última posición-, Schumacher fue relegado al último puesto. En ese momento las esperanzas del piloto alemán de conseguir su tercer título mundial -había sido campeón en 1994 y en 1995- se desvanecieron. Pero Schumacher no se resignó. Además, había un precedente. El brasileño Ayrton Senna consiguió una gesta en condiciones similares en 1988, también en Suzuka, cuando se quedó parado mientras ocupaba la pole position y al final consiguió la victoria y el título.
Schumacher se puso manos a la obra. Ya en la primera curva había superado a seis pilotos. Prosiguió su escalada hasta ocupar el séptimo puesto en la quinta vuelta, pero entonces le precedía Damon Hill, y Jacques Villeneuve circulaba en el quinto puesto y tampoco se lo iba a poner fácil. Eran tres campeones del mundo rodando con unas diferencias inferiores a un segundo, y Schumacher había tenido problemas con ambos. La temporada pasada, en el último gran premio disputado en Jerez, el alemán chocó con Villeneuve, y el canadiense se llevó el título. En 1994, a Schumacher ya le había sucedido lo mismo con Hill en Australia, aunque entonces fue el alemán quien se alzó con la corona mundial. Además, si Schumacher luchaba por el título, los pilotos de Williams y de Jordan lo hacían por la tercera posición del Mundial de constructores. Debido a las dificultades para adelantar en el circuito de Suzuka, lo único que podía salvar a Schumacher eran los repostajes. El alemán ascendió al sexto puesto cuando Hill entró en boxes y logró adelantar a Villeneuve para situarse en la quinta posición. Prosiguieron los repostajes. Schumacher, tras la entrada en boxes de Frentzen, recuperó otra posición y se situó cuarto. Al entrar en los talleres Coulthard (McLaren), el piloto alemán llegó a ser tercero, por detrás de Eddie Irvine, pero a 24 segundos de Hakkinen.
Todo parecía inamovible hasta que en la vuelta 30ª Takagi (Tyrrell) y Tuero (Minardi) chocaron en la chicane de Suzuka. Schumacher, al pasar por la zona, dañó una rueda trasera de su Ferrari. El alemán no podía entrar en boxes para repararla ni tampoco completar la vuelta en aquellas condiciones: el título era para Hakkinen, que entró por delante de Irvine y Coulthard.
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