Fiscales celosos de su fama
En medio del ridículo mayúsculo que han protagonizado los fiscales de la Audiencia Nacional, con su máximo jefe al frente, Jesús Cardenal, por el caso Pinochet, en Andalucía tendremos ocasión de vivir un acontecimiento esperpéntico y, a su vez, lamentable y que dice muy poco en favor de la libertad de expresión y sí mucho entorno al estado actual de la justicia en España. El próximo jueves, el periodista Juan José Téllez y el dirigente de Comisiones Obreras, Miguel Alberto Díaz, todo un líder social en el Campo de Gibraltar, se sentarán en el banquillo de los acusados. Se les enjuiciará a ambos en Algeciras, a raíz de una denuncia del fiscal jefe de Cádiz, Isidoro Hidalgo, quien consideró injurioso que Téllez defendiera en un artículo periodístico el derecho de Díaz a calificar al fiscal como "perro de presa" al actuar contra él por unos incidentes de orden público. El celo del fiscal por su fama y honor contrasta notablemente con las demandas de una justicia más eficaz, por ejemplo, en la lucha contra el narcotráfico, verdadera preocupación ciudadana, sobre todo en esa comarca. ¡Con la de cosas que se han dicho de Cardenal o del mismo Fungairiño...! Quizá puede que acabe también en los tribunales la futura ley de publicidad institucional. Antes de nacer ha generado ya la suficiente polémica. Se espera que en el Consejo de Gobierno de esta semana salga adelante, a pesar de las objeciones planteadas por el Consejo Consultivo y que según el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, sólo afectan al 5% del texto. Ley de Cajas Otro, igualmente muy esperado por la sociedad andaluza, la ley de cajas, está a punto también de ver la luz para su entrada en el Parlamento en este mismo mes. Más trabajo, por tanto, para la Cámara andaluza, a la que algunos le reprochan un funcionamiento asimétrico. Esto es, una función hiperdesarrollada como es la de su labor de control del Gobierno y otra menos, como es la de elaborar y tramitar leyes. Precisamente, para dar cabida a sus aspiraciones habría que cambiar más de una ley por no decir que hasta la Constitución española. Nos referimos al alcalde de Algeciras, el andalucista Patricio González, y su reivindicación de una provincia para su comarca. Pronunciará una conferencia en Sevilla el jueves y contará con un presentador de lujo, el ex presidente de la Junta, Rafael Escuredo, el mismo que no hace mucho dijo que los nacionalistas "nos roban la cartera". Se desconoce qué dirá ahora de las pretensiones de un nacionalista como es el caso del alcalde algecireño. El martes, toma de posesión del cargo de presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Rafael Álvarez Colunga, reelegido para una nueva etapa al frente de la patronal andaluza y quien observa con disgusto cómo algunos de sus presidentes provinciales toman un excesivo partido en favor del PP y contra la Junta. Claro que otros representantes públicos tienen motivos de sobra para estar molestos con la Administración autonómica. Son los alcaldes de la zona afectada por el vertido tóxico de las minas de Aznalcóllar. Hartos ya de las contradicciones en las que caen unos y otros en el mismo Gobierno andaluz, se desplazarán a Madrid para recibir información de primera mano del presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, César Nombella. No se descarta tampoco un nuevo encuentro de estos ediles con los propios representantes de la Junta para tratar de cerrar las últimas discrepancias surgidas con la prohibición de captura y consumo de galeras y camarones. Mientras tanto, Bolidén espera que en estos días se le dé ya el permiso definitivo para reiniciar la actividad en la mina.
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