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El desastre del rugby español

La selección ha encajado 270 puntos en cinco partidos contra clubes

El deporte español mantiene su inercia de éxitos en la élite desde los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y lo hace incluso en modalidades no olímpicas, que han tomado la misma estela. Pero hay excepciones lamentables. El rugby es una de ellas y tremendamente significativa. El equipo nacional ha jugado cinco partidos de la European Shield, una especie de Segunda División de la Copa de Europa de clubes, a la que se han apuntado las selecciones de España y Portugal. Ha perdido los cinco encuentros (cuatro con clubes franceses, fuertes, pero clubes, e incluso otro con el Roma italiano, mucho más asequible) y las palizas han sido de tal calibre, que ha marcado sólo 59 puntos y ha encajado 270, es decir, una media de 12-54 por partido. Fuera, 21-25 con el Roma; 0-41 con el Dax, y 10-55 con el Bourgoin. Y en casa, 15-61 con el Castres, en Oviedo, y 13-88, el mayor alud, en Tudela contra el Montferrand. Eso supone que el rugby español ha retrocedido a los niveles más bajos de su historia, pues en la etapa anterior, con un seleccionador neozelandés, o la más lejana, con Gerard Murillo, las distancias con Francia, la habitual comparación con la élite, llegaron a acortarse a un margen más digno, aunque siempre porque el ritmo nos superaba.Para agrandar el desastre, Jaime Gutiérrez, diez años internacional, los cinco últimos como capitán, uno de los jugadores más significados (llegó a jugar dos temporadas en Nueva Zelanda), renunció el 15 de septiembre a la selección mientras su máximo responsable sea Alfonso Feijoo, ex jugador internacional, al que lanzó gravísimas acusaciones: "No existe sistema de juego, ni criterios, la desorientación es total. Se improvisa con las individualidades. Los entrenamientos no están preparados. Se le llegó a oir: "vaya un ejercicio más bueno que me acabo de inventar". El trato a los jugadores es propio de un equipo cadete y no de una selección nacional absoluta. Ha estado desconectado del rugby cinco años, no tiene experiencia y no conoce a muchos jugadores. Aunque sea lógico que haga y deshaga, ha creado un ambiente de miedo y de represión en el grupo y quien discrepa va a la calle, como ocurrió con el fisioterapeuta. Escribí una carta para irme, porque si lo digo sin ella me hubiera echado y todo habría parecido una rabieta. Antes se perdía también con Francia, pero por menos, y hubiésemos ganado al equipo italiano. Y antes se ganaba a Rusia por 50 puntos, pero ahora se pierde por 60".

La disculpa "amateur"

Gutiérrez ha preferido perderse la previsible clasificación para la próxima Copa del Mundo de 1999 y piensa que el 90% de los compañeros opina lo mismo, pero entiende que tengan la ilusión de jugarla. España debe jugar en Edimburgo el 2 de diciembre contra Portugal el partido decisivo. El día 5, contra Escocia, ya no importará encajar otra paliza. El cupo de participación se ha abierto tanto para la cuarta edición, que no jugarla sería vergonzoso."A los portugueses se les ha ganado en los últimos 20 años y si no lo hacemos, aunque después habría una repesca ante Uruguay, pues apaga y vámonos", dice José Manuel Moreno, secretario de la federación en ausencia del presidente, Alberto Pico. No quiere entrar en el caso Gutiérrez, pero sí habla por Feijoo y dice que la diferencia entre tener un selecionador malo y uno bueno es sólo del 10%. "Lo fundamental es que el rugby español es aún amateur y no puede competir con los profesionales". Admite que las sucesivas juntas directivas de la federación no han sido capaces de dar el salto, pero que falta apoyo social y que sólo hay dos caminos para salir del bajo nivel: "Uno es muy lento, como hasta ahora, y el otro es aprovechar el tirón de jugar la Copa del Mundo o que nos concedan el Mundial 2001 de la modalidad a 7". La decisión se tomó ayer en Dublín, con España y Argentina como candidatos, aunque al cierre de esta edición no se conocía el resultado.

España, mientras tanto, continúa el sábado, en Ferrol, su catastrófico sistema de preparación jugando como colista el sexto partido del grupo B de la European Shield. La sensación es que los partidos de casa se han programado en lugares no habituales para que suenen menos las derrotas de escándalo. Pero esta vez puede ganar. Recibe al Aberavon galés, penúltimo, pero que cuenta con un coeficiente aún peor, 63-255, en cuatro partidos. Si es que juega, porque como al perro flaco todo son pulgas, hasta ha surgido un conflicto con el fútbol. El Racing de Ferrol, de Segunda B, tras jugar habitualmente los domingos, quería jugar el día antes, a la misma hora.

El rugby español no se ha enterado del giro radical que se dio con motivo de la cita de 1992. Curiosamente, el primer líder de la Liga el pasado domingo es la Santboiana, dirigida por Bruce Hemara, antiguo talonador de los All Blacks neozelandeses. Aplastó al Getxo, 66-11.

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