La seguridad del "Proof Spirit" dependía de UNL, dice un imputado

Todas las empresas que participaron en la construcción del Proof Spirit, el barco botado en Valencia en cuya realización murieron 18 operarios, compartían la obligación de garantizar la seguridad a bordo del buque, aunque ésta era, principalmente, una obligación de Union Naval de Levante (UNL). Esa es la principal aportación del testimonio de Ramón Garzó, el ex jefe de seguridad e higiene en el trabajo de UNL, la empresa encargada de armar el carguero. Garzó -61 años, jubilado poco después del siniestro- prestó ayer declaración durante cerca de cuatro horas en el Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia, el encargado de investigar el accidente acaecido en Valencia el 3 de julio de 1997. Según el fiscal adscrito a la causa, el ex responsable de seguridad, imputado por el accidente, calificó de rutinaria la operación de suministro de combustible en el barco, proceso durante el que sobrevino el accidente. A tenor de las explicaciones de Garzó, sobre UNL recaía la misión de coordinar todos los trabajos y, en consecuencia, también de supervisar las medidas de seguridad. No obstante, el imputado insistió en que las subcontratas no estaban exentas de responsabilidad en esa materia.