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El Brujo retrata en "El contrabajo" una sociedad que ansía la seguridad

Margot Molina

Rafael Álvarez El Brujo presentará en el teatro Lope de Vega de Sevilla, desde hoy y hasta el 8 de noviembre, su tercer monólogo. Después del éxito de La sombra del Tenorio y El lazarillo, dos obras con las que ha estado 3.000 horas solo en el escenario, El Brujo ha montado El contrabajo, de Patrick Süskind. La obra, dirigida por José Pascual, se estrenó hace menos de un mes en Santander y está coproducida por el teatro Lope de Vega. "El texto tiene un humor muy irónico completamente distinto al humor español. Es un texto muy culto que está lleno de referencias a la historia de la música", explicó Rafael Álvarez ayer en Sevilla. "Habla de un músico que vive encerrado en su pequeña habitación. Vive en un mundo insonorizado, lo que simboliza su aislamiento, y que sólo comparte con su contrabajo, un instrumento muy grande que ocupa el lugar de una esposa", comenta el actor para el que el monólogo es el mejor modo de relacionarse con el público. "La obra, escrita hace 15 años, refleja nuestro mundo. Un mundo en el que, por temor, buscamos una excesiva seguridad. Esa codicia de seguridad supone una pérdida del sabor salvaje de la vida", comenta el actor que desistió de montar otra obra de Süskind, El perfume.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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