Alicante estudia fórmulas para consolidarse en el sector turístico

Fomentar los aspectos integrados en el capítulo de "fortalezas" y superar el listado de "debilidades" es el objetivo de un informe previo a la elaboración del Plan Alicante 2020, un documento que propone la creación de una oficina técnica desde la que se coordinen todas las actuaciones públicas encaminadas a consolidar Alicante como ciudad turística y de servicios. Tras un año de trabajo, la propuesta estratégica se presentará en noviembre.

El trabajo, dirigido por Agustín Grau, contempló en su metodología la presencia de Alicante en los circuitos de comercialización y sus posibilidades en materia promocional para definir la estrategia. Se trata de un programa de largo alcance que se marca la fecha del año 2020 como orientativa de su efectividad. El Plan Alicante 2020 diseña un nuevo escenario turístico a partir de equipamientos lúdicos y de todo tipo que promueven las administraciones públicas y la iniciativa privada. Comunicaciones idóneas, clima benigno, posición estratégica en el Mediterráneo, sede de centros administrativos europeos, tráfico portuario y ser una ciudad foco de atracción para residentes extranjeros sitúan a Alicante, según el informe, en una óptima situación en el contexto internacional, que se beneficiará con la entrada en vigor del euro. Analizadas las variables de futuro posibles, el estudio aporta un diagnóstico que incluye fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la ciudad de Alicante como centro internacional receptor de tusimo y servicios. En el capítulo de excelencias se incluyen desde las playas hasta el tamaño medio de la ciudad, sin olvidar el clima, las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas, la gastronomía, el incremento de zonas lúdicas de ambiente nocturno y la satisfacción general que confiesan los turistas tras sus vacaciones. Debilidades En el reverso de la moneda se sitúan las debilidades, algunas de ellas toda una invitación a la reflexión, como la que advierte de los "bajos niveles" de conciencia turística por parte de la población local, la indefinición general del producto turístico, una percepción de la seguridad no siempre favorable y problemas endémicos en esta ciudad, como las dificultades de movilidad urbana, la escasez de aparcamientos y la deficiente señalización. También destaca el técnico Agustín Grau el déficit que presenta la coordinación entre la actuación pública y la privada en la ciudad de Alicante, problemas de limpieza urbana, una oferta hotelera escasa y la desproporción de alojamiento en apartamentos turísticos no legalizados. Puestos en la balanza pros y contras, se llega a los capítulos de oportunidades y amenazas. En el primero de ellos se destaca la proximidad a los núcleos importantes emisores de turistas, las nuevas dotaciones de ocio proyectadas en el territorio valenciano, el incremento de la percepción del turismo como consumo necesario, la búsqueda de nuevos mercados y la existencia de recursos potenciales por explotar. Las amenazas son también diversas, pero se incide en advertir sobre el peligro de que la oferta no se adapte a la diversificación de la demanda, los riesgos de degradación de espacios, el desequilibrio entre el incremento de la actividad y la sensibilización social, la fuerte competencia de otros destinos, la inadecuación del binomio calidad-precio y la persistencia en la descoordinación entre las administraciones públicas y la iniciativa privada, que al entender de los técnicos deben complementarse para configurar un producto unitario.